México, 13 de marzo de 2016
Papa Francisco:
De su parte, ni una sola palabra específica, ni un solo espacio en su agenda…
En su visita a México, aunque trajo palabras y gestos de aliento y esperanza a algunos sectores de la Iglesia y de la sociedad, con sus silencios y falta de espacios deliberados dejó a muchos grupos de personas asesinadas, desaparecidas forzadas, violentadas sexualmente, marginadas y olvidadas de muchas formas, así como a sus familiares, en situación todavía más vulnerable, indefensa y en alto riego… De entre ellos se encuentran numerosas y numerosos:
Jóvenes desaparecidos y asesinados de muchas partes del país, cuyo referente más emblemático son nuestros estudiantes de Ayotzinapa, desaparecidos forzados gracias a la complicidad del crimen organizado con autoridades de los tres órdenes de gobierno e, incluso, miembros del ejército y de la policía federal. Hoy sabemos, gracias a las investigaciones de instancias internacionales que se encuentran en nuestro país, que la verdad histórica difundida no corresponde a lo que sucedió y seguimos esperando conocer toda la verdad y que se les haga justicia.
Migrantes mexicanos y provenientes de América Central y de otros países que han sido asesinados, desaparecidos forzados, secuestrados, sometidos a diferentes formas de trata, explotación y prostitución sexual –en particular, alrededor de 20,000 niñas y niños al año–, también por la complicidad entre el crimen organizado y autoridades estatales y federales. Los migrantes desaparecidos y asesinados en San Fernando Tamaulipas son la punta de ese inmenso iceberg de muerte por complicidad, y sus familiares siguen esperando verdad y justicia para sus víctimas.
Mujeres que por el patriarcalismo machista mexicano sufren constantemente distintas formas de violencia física, sexual y social; un número no cuantificable de ellas han sido víctimas del delito de feminicidio –asesinato deliberado por el hecho de ser mujeres–, con el agravante de la negligencia, la impunidad y el desprecio abierto de autoridades de distintos estados de la república que Usted visitó y del gobierno federal. Sabemos que esas formas de violencia, desprecio y marginación, incluso dentro de la institución eclesiástica, provienen también del patriarcalismo machista de la religión católica. Por ello, muchas mujeres de la sociedad civil y de la Iglesia católica le pedimos insistentemente un encuentro para dialogar sobre ese delicadísimo pendiente en nuestro país.
Niñas y niños en México –mexicanos y de otros países– que sufren múltiples formas de violencia y abusos sexuales, comenzando en sus mismas familias, pero también otras formas de explotación, prostitución, tráfico, trata laboral y sexual en nuestra sociedad y en otros países, por parte de organizaciones criminales y con la complicidad de autoridades.
Y de su parte, Papa Francisco, lamentamos que no haya dicho ni una sola palabra específica, ni abierto un solo espacio en su agenda…
Pero algo todavía más grave, Papa Francisco, que depende de su jurisdicción y responsabilidad es:
La persistencia de miles de casos en el mundo de pederastia clerical encubiertos por sus autoridades locales (cardenales, arzobispos, obispos y otros), también en complicidad con autoridades civiles; delito institucional tolerado por el silencio cómplice de millones de feligreses católicos, con conocimiento de la Santa Sede por los informes que recibe y de usted mismo como máxima autoridad.
Usted tiene información de que en nuestro país hay casos públicos escandalosos de obispos encubridores:
• El cardenal Norberto Rivera, Arzobispo de la Arquidiócesis de México ha castigado injustamente a sacerdotes por denunciar los delitos que comete -últimamente contra el P. José Luis Salinas- y protegido a los sacerdotes Marcial Maciel, Nicolás Aguilar y Carlos López, quienes dañaron irreversiblemente a cientos de niñas y niños en México y en otros países, muchos de ellos indígenas, en extrema pobreza y marginación.
• Los arzobispos de San Luis Potosí, Symanski, Morales y Cabrero, protegieron al sacerdote Eduardo Córdova, hoy prófugo de la justicia, quien abusó de cerca de 100 niños durante 30 años.
• El arzobispo de Oaxaca, José Luis Chávez Botello, no sólo ha protegido y defendido al sacerdote pederasta Gerardo Silvestre ante la Santa Sede, sino que suspendió del ministerio al sacerdote Apolonio Merino Hernández y al Diácono Ángel Noguera, intentó sacar con violencia de su parroquia al sacerdote Manuel Arias y amenazó a otros nueve sacerdotes que también le exigieron que detuviera al pederasta Gerardo Silvestre y no sólo no lo hizo, sino que lo cambió de parroquia 6 veces y hasta lo nombró Decano de una zona pastoral.
Lamentablemente, sólo cuando iba ya de regreso en el avión a Roma se atrevió usted a decir que “un obispo que cambia a un sacerdote de parroquia cuando se detecta una pederastia es un inconsciente y lo mejor que puede hacer es presentar la renuncia. ¿Clarito?”. Aunque el mismo cardenal Rivera se burlara de sus palabras, desconociéndolas –porque afirmó públicamente que no iba en el avión cuando usted las dijo–, nosotras y nosotros sí le tomamos la palabra y le pedimos que suspenda ya a los obispos mencionados, que por respeto a las víctimas, a sus familias, a la comunidad eclesial y a la sociedad mexicana los retire de esas diócesis y que, en todo lo que tiene que ver con este grave delito y como jefe de otro Estado y representante de una Iglesia que se encuentra en nuestro país, actúe conforme a la Convención de los Derechos del Niño de Naciones Unidas y las recomendaciones de su Comité, a nuestra Constitución y a las leyes mexicanas en lo que se refiere a delitos graves en esta materia.
Por todo lo anterior, Papa Francisco, aunque haya habido sectores o grupos que se sintieron fortalecidos y esperanzados con su visita, de nuestra parte le expresamos nuestra indignación, dolor y preocupación por esos silencios específicos y la falta de espacios en su agenda, que han dejado en una situación aún más vulnerable, riesgosa e indefensa a ésos y otros grupos que necesitaban de su palabra y compromiso internacional.
De nuestra parte, agradecemos y nos solidarizamos con los informes y las recomendaciones de todas las Instancias Internacionales que nos han informado, oficialmente, que en México vivimos una “grave crisis de derechos humanos”, http://serapaz.org.mx/sociedad-civil-mexicana-respalda-el-…/ ¡Y exigimos la vigencia de un Estado Constitucional de derecho laico en nuestro país!
Atentamente:
Alberto Athié
Dr. José de J. Barba Martin, Exmiembro de la Legion de Cristo, Catedrático pensionado de la Division de Estudios Generales e Internacionales del ITAM, México
Sergio Aguayo, México
Martín Faz San, Luis Potosí, México
Gabriela Delgado Ballesteros, Investigadora Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación UNAM, México
Spatium Libertas AC, México
Dra Laura Suárez y López Guazo, México
Julieta Añazco, Argentina
Carlos Lombardi, Argentina
La Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual Eclesiástico de Argentina
Pedro Salinas, Perú
Paola Ugaz, Perú
Lic. Gabriel González J., Fundación IMAGINA MÉXICO, México
Carlos Alberto Zetina Antonio, México
Dra. Denisse Dresser, México
Dr. Fernando M. González. Investigador del IISUNAM, México
Dr. Enrique Dussel Peters, UNAM, México
Dr. Raúl Jiménez Vázquez, Defensor de Derechos Humanos, Profesor de la Licenciatura y del Posgrado en la Facultad de Derecho de la UNAM, Miembro del Sistema Nacional de Investigadores del CONACYT, México.
Katia D'Artigues Beauregard, México
J.Paul Lennon, Psicólogo clínico, Exmiembro de la Legión de Cristo, Washignton, Estados Unidos
Angel Bahena Hernández, Psicólogo clínico, México
Ricardo Govela, México
Teresa O'Reilly de Lozano, México
Raúl Olmos, México
Ana Newman, México
Alicia Athié, México
Xavier Léger MA, Exmiembro de la Legión de Cristo, Francia.
Observatorio Eclesial, México
Juan Machín, México
Adela Fasja Cohen, México
Ricardo Guillermo Gállego (colaborador editorial Boletín Alas)
Ing. Antonio Fonte Pons, San Luis Potosí, México
Laura Athié, Escritora, México
Dr. Enrique Muñoz Goncen, Investigador en geomática, México
Manuel de la Peza, México
SNAP México ( Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual por Sacerdotes ), Joaquín Aguilar Mendez, Eric Barragan
Brenda Andani y Brenda Green, Estados Unidos
Pilar Puertas, México
Foro Oaxaqueño de la Niñez, Oaxaca, México
Héctor Guillén Tamayo, Perú
Máximo Kinast Avilés, Director de la Oficina en el Perú de la Fundación Ciencias de la Documentación, Director de AEH, Asociación Educativa Hispanoamericana, Miembro fundador y Past President de UBiP, asociación peruana sin fines de lucro, orientada a crear y reactivar bibliotecas en zonas de alta pobreza, Asesor del MIP, Movimiento Indio Peruano, Socio fundador de Datos Abiertos Perú
Alejandro Vela Quico, Médico y antropólogo, profesor principal de la Facultad de Medicina UNSA, Arequipa Perú.
Jenaro Villamil, reportero y escritor, México
María Andrea González Benassini, México
Fundación Don Sergio A. C., Soila Luna Pineda, Coordinadora General, México
Miguel Adame Vazquez, Red hispanoamericana contra el Abuso Sexual Infantil. Asi Nunca Más, México.
Germán González Martí, México
Francesca Toffano, México
Cecilia M. Suárez Trueba, México
Andrés Emilio Aguado, México