No hay ningún cambio de tesis y la estrategia es muy clara. 

1. Ampliar la denuncia contra LFF por abuso sexual, pues tal delito ya ha prescrito y las víctimas sexuales no tienen el valor de presentarse. 

2. Que los delitos denunciados no hayan prescrito para romper la ilusión de inmunidad, impunidad e impotencia, mostrar que sí se puede castigar a los “culpables” y hacer justicia. 

3. De esta manera, animar a otros a que se acerquen y den su testimonio. 

4. Que, al no haber prescrito los delitos se pueda extraditar a LFF, como seguramente será necesario. 

5. Que no sólo se investigue a LFF sino a todos los responsables y encubridores. 

6. Al revolver el avispero se espera que salten otros delitos; se tiene la certeza de que una seria auditoría financiera, por ejemplo, revelaría serias irregularidades. 

7. En última instancia, se trata de que la verdad salga a la luz y que se haga justicia, dos cosas que no se cree que haga la Santa Sede con su emisario Tobin.


(El abogado Carlos Cajina) ¿ha leído las conclusiones de la Comisión (de Ética para la Justicia y la Reconciliación convocada por el propio Sodalicio)? 


La denuncia está basada en ese documento, el cual comienza en el primer numeral diciendo: "En los años iniciales de su fundación, el SCV estableció una cultura interna, ajena y contraria a los principios establecidos en sus Constituciones... en la que la disciplina y la obediencia al superior se forjaron sobre la base de exigencias físicas extremas, y castigos también físicos, configurando abusos que atentan contra los derechos fundamentales de las personas, universalmente reconocidos y consagrados en la Constitución Política del Perú.” 


No soy abogado ni especialista, pero algo me tinka que atentar contra los derechos fundamentales de las personas debe constituir, al menos, algún crimencito. Digo, ¿no? Así empieza el informe de la comisión que escuchó cerca de 100 testimonios, me corrigen por favor, pues sería excelente conocer el número de casos. Y obviamente que no son los únicos, sino sólo los que se atrevieron y se tomaron la molestia de hacerlo.Hay muchos más que no quieren hablar, por las razones que fuere, y otros que están en el libro de Pedro Salinas. Como sea, las conclusiones de la Comisión son contundentes. La “caja de Pandora” no es el petitorio de ampliación de la denuncia. La caja de Pandora es el SCV mismo y la caja se abrió con el libro deSalinas. De lo contrario esa comisión y su valioso informe no hubieran existido jamás y la verdad del SCV seguiría siendo monopolizada por la cúpula. La caja seguiría cerradita.

 

Y así sigue el documento: “ESE SISTEMA AL INTERIOR DEL SCV FUE NORMA INTERNA Y PRÁCTICA ESTABLECIDA, inspirada y fomentada por el fundador de dicha Sociedad de Vida Apostólica y seguida por algunos integrantes de la cúpula, formando una verdadera ‘cultura particular’.” Hasta aquí, entonces, en tan sólo los dos primeros numerales del informe, ya se evidencia que esa “cultura interna” o “particular” existía desde tiempos fundacionales, atentaba contra los derechos fundamentales de manera sistemática y era dirigida y promovida por el fundador y superior general LFF en complicidad con otros de la cúpula. ¿No es eso exactamente lo que significa “asociación ilícita para delinquir”?

 

Y los delitos están bien descritos: “… llegando en algunos casos a INTERVENIR SU CORRESPONDENCIA para impedir la comunicación de los formandos con sus familias”; “muchos de los formandos fueron víctimas de AGRESIONES FÍSICAS, VEJACIONES Y HASTA ABUSOS DE ÍNDOLE SEXUAL. Ello les ha impreso PROFUNDOS DAÑOS PSICOLÓGICOS, y en algunos casos los ha inhabilitado para reincorporarse a la vida civil”; “… a partir del ejercicio de una asumida “posición de dominio”, en busca de una obediencia absoluta… minimizó o anuló la voluntad de los formandos”; “esa ‘RELACIÓN DE SOMETIMIENTO’ PSICOLÓGICO Y FÍSICO IMPUESTO AL INTERIOR DEL SCV… evidencia UN PROPÓSITO DE ANULACIÓN DE LA VOLUNTAD INDIVIDUAL”; “no adoptaron medidas correctoras y, por el contrario, LOS ENCUBRIERON alentando con ello la práctica de nuevos y mayores abusos, bajo un manto de impunidad”; “el discernimiento vocacional NO SE REALIZÓ EN UN MARCO DE LIBERTAD INDIVIDUAL”; “las víctimas desarrollaron a lo largo de su pertenencia a la institución,actividades en distintos ámbitos, SIN SER ACEPTADAS CON PLENA CONCIENCIA Y VOLUNTAD SUYAS”; “LA ORGANIZACIÓN ESTABA DISPUESTA PARA IMPEDIR QUE LA INFORMACIÓN FUERA CONOCIDA DE MANERA TRANSPARENTE; solo se conocía lo permitido por las autoridades”; “TODO ESO POSIBILITÓ LA REALIZACIÓN DE PRÁCTICAS CONSTANTES DE ABUSOS, FÍSICOS, PSICOLÓGICOS E INCLUSO SEXUALES, DE MANERA PARALELA a prácticas de crecimiento institucional”; “EL SCV Y SUS AUTORIDADES,EN LOS DISTINTOS NIVELES, HAN CAUSADO GRAVE DAÑO EN LAS PERSONAS QUE SE INCORPORARON A SU ORGANIZACIÓN CON EL PROPÓSITO DE SER PARTE DE LA MISMA PARA VIVIR Y CRECER EN COMUNIDAD, BAJO LA FE CRISTIANA. ESOS DAÑOS SON DE CARÁCTER FÍSICO, PSICOLÓGICO Y ESPIRITUAL Y MORAL”.

 

Todos esos extractos están en el Informe Final de la Comisión. ¿Le queda alguna duda, señor abogado? ¿Nada de eso constituye delito? No me he inventado nada. Todo está documentado. Es decir, si todos los testimonios recogidos por la comisión fueran presentados ala fiscalía muy probablemente el juez pueda llegar a las mismas conclusiones.Dichos testimonios están firmados con nombre y apellido, por cierto. Usted mismo podría verificarlos si los pidiera al SCV. Nótese que todos estos extractos que he recogido no hacen referencia a LFF sino a la organización en general y a la cúpula. Obviamente, LFF era quien lideraba todo ello pero no es el único responsable. 


Creo que leyendo el informe y el libro de Pedro Salinas queda claro que algo ESTRUCTURAL y SISTEMÁTICO (no episódico) anda mal en elSCV. Un ejemplo de la capacidad del SCV para actuar como organización al margen de toda norma o ley que no sea la obediencia ciega al superior es la actuación que tuvieron en la Conferencia Episcopal de Santo Domingo. No soy el más indicado para narrar los hechos. Ojalá alguno “más antiguo” pueda hacerlo con paciencia y detalle. Los entendidos en el tema saben de qué hablo. Actuaron como una verdadera mafia o agencia de espionaje y lo más increíble es que se narraban los hechos al interior de la comunidad como grandes hazañas de santos.!!!!

 

Fíjese usted qué gracioso. Mitad monjes, mitad soldados es una frase que hace referencia alas órdenes militares y que a su vez hizo propia José Antonio Primo de Rivera,fundador de La Falange. Ambas instituciones (órdenes militares y los paramilitares falangistas) inspiraron a LFF a crear el SCV, ambas instituciones hoy en día serían consideradas como “asociaciones ilícitas para delinquir”. 


Así surgió el SCV, como una organización de bien, con un ideal hermoso, pero que,al mismo tiempo, de manera paralela (como bien describe el Informe de la Comisión), servía a los intereses personales de su fundador. Así se nos entrenaba, como si fuéramos la fuerza paramilitar de élite de la Iglesia.Dispuestos a todo lo que sea necesario, obedecer a cualquier costo. Se nos enseñaba claramente que la “ley de dios” está por encima de la “ley de los hombres”, así que infringir lo segundo si según el criterio del superior estaba en contra de lo primero pues era “ilícito” o “ilegal”, pero no “pecado”. El único límite para la obediencia era la “moral”. Una moral bien estrecha, casi reducida a lo sexual. En otras palabras, el único caso en que se contemplaba la desobediencia era cuando un superior te ordenaba un acto inmoral o sexual como salir calato a la calle o cualquier clase de comportamiento sexual. Ups. Perdón, parece que ni ése era el límite para algunos. Por eso muchos nos sorprendimos cuando se destaparon los abusos sexuales.

 

Entonces, la denuncia tiene más que base y fundamento legal y real (hechos). La denuncia no es contra el SCV sino contra personas naturales específicas. Usted como abogado debería entender perfectamente la distinción entre “asociación ilícita” y“persona jurídica”. Yo puedo crear una organización criminal dentro de cualquier institución. Esto no hace que todas las personas pertenecientes a la institución sean criminales. Es hasta tonto tener que explicarlo pero para que cualquier persona pueda entender la lógica del argumento pondré el ejemplo de nuestra tan querida Policía Nacional del Perú. Es un organismo creado supuestamente confines “buenos” y lícitos, ¿verdad? ¿Esto impide que se pueda denunciar al comandante general de asociación ilícita junto con varios comisarios? ¿Es descabellado pensar que dentro de la Policía o las FFAA puedan existir comandos“secretos”, no oficiales, al margen de la ley?

 

A pesar de que gran parte de la opinión pública considere que todos los policías son corruptos es obvio que no es cierto, es imposible. Seguramente hay muchos “buenos”policías. Pero es más que evidente, innegable, que existe un sistema de corrupción de coimas paralelo. No son policías corruptos espontáneos, casos aislados. Es toda una organización paralela, donde cada comisaría tiene una cuota o cupo. Esto también está documentado, lamentablemente se ha hecho poco al respecto. Los policías que se ven obligados a obedecer ¿son “malas”personas? ¡No! Son “malos” policías, no malas personas. Es más, no todas sus acciones como policías son “malas”, corruptas o delictivas. Incluso podría ser un policía condecorado y todo. Es el sistema que los fuerza a someterse. No están obligados a obedecer pero lo más probable es que la pasen muy mal si no lo hacen, además de sus necesidades económicas, etc. 


Es un cuadro muy complejo.Pero su trabajo como abogado no es determinar si una persona o una instituciones “buena” o “mala”, sino si cometieron delitos o no y si son probables. Decir que el SCV es bueno porque hace obra, es como decir que determinado alcalde no es corrupto porque hace obra. O como decir que Pablo Escobar era bueno porque construyó un barrio entero para gente necesitada. ¡Era el hombre del pueblo!Como alguien me dijo, no existe nadie tan malo que sólo pueda cometer pura y exclusivamente actos de maldad, de la misma manera no existe ningún delincuente que todos sus actos sean delictivos, mucho menos una institución. Esto no es una cuestión de imagen o de marketing, señor abogado. Ni de moral. Es obvio que en el SCV hay mucha gente (si no toda) con buenas intenciones y que tienen obras de ayuda social y espiritual. Sin embargo, de lo que se trata es que nos diga si dentro del SCV se cometieron delitos o no y si éstos fueron cometidos de manera sistemática. No importa si fue “con” o “sin intención” (culposo o no,creo que es el término legal, ¿verdad?)

 

¿Es la Policía una organización criminal? Evidentemente que no, más bien se supone que su fines combatir el crimen. ¿Puede existir “asociación ilícita para delinquir”dentro de la Policía? Obvio que sí. En el SCV sucede o ha sucedido algo similar. Ya pues, señor abogado, ¿dónde estudió leyes usted? Más que leyes, un curso de lógica hay que pagarle. Porque no hay que ser abogado para entenderlo.Parece que lo han contratado como “doble” de los comerciales institucionales o“soda-videos” más que para defender legalmente a las personas naturales involucradas. 


Sería fantástico que se leyera el Informe de la Comisión deJusticia creada por el propio SCV y nos diga si lo que se dice allí parecen o no delitos claramente tipificados y cometidos de manera sistemática e institucional. Demostrar esa asociación para delinquir será difícil, pero ahíestán los indicios, son claros. Determinar quiénes eran “miembros” de dicha“organización paralela” y quiénes no, será lo más difícil. Sin embargo, a Ud. le parece extraño que se incluya en la investigación “a cualquier otra persona que durante las investigaciones se considere que pudiera tener alguna relación con los hechos”. A usted precisamente como abogado, ¿no le parece un procedimiento normal en la actuación de la justicia?

 

Yo en lo personal, no creo que el SCV sea una organización criminal ni mucho menos. Ni siquiera creo que las personas denunciadas se hayan asociado para delinquir.Las conozco y creo en sus buenas intenciones. Mi diagnóstico es aún peor. Esas personas pensaban que hacían el bien aún sabiendo que no hacían “lo correcto”. Es decir, cometían crímenes o delitos, toda clase de abusos, siendo a veces conscientes de ello, pero sin dejar de tener “buenas intenciones”. Pero eso lo dejamos para otro artículo. No viene al caso ahora. Esa “ignorancia”, además, no les quita responsabilidad ni penal ni moral.