Kouriosidades
Tomado de Perú21.- Columna El ojo de Mordor, de Pedro Salinas.- Si alguien tenía un problema, ya saben, él tenía la solución. O una coartada. O una celada. O una extorsión preparada. Era algo así como el Padrino de Coppola, pero sin gato en los brazos ni los cachetes de Brando. Hablo de Vladimiro Montesinos, obvio, el socio de aquel otro mafioso de ojos rasgados, también amoral y leal solo al reflejo que aparecía frente a su espejo. 'Vladi’, les decía, además de espía, manipulador e hijodeputa profesional, tenía el don de radiografiar a los personajes con los que se topaba. Muchas veces se equivocaba, ciertamente, pero qué quieren, estamos hablando de Montesinos, la moneda más falsa que ha parido este país. Detrás de su naturaleza doble y turbia, nunca hubo cabida para la sinceridad. Jamás decía la verdad de frente. Ni de costado. Y es que el diablo se esconde en los detalles, como dice Luis Jochamowitz.
Traigo a 'Vladi’ a colación porque el otro día, ordenando libros y papeles viejos en la estantería, me topé con algunas de las desgrabaciones de los videos filmados en la salita de la corrupción, esa a la que acudía asiduamente Álex Kouri. Y ahí encontré algunos pensamientos montesinistas de antología. Verbigracia. Decía Montesinos en una reunión con un funcionario de la empresa Luchetti: “De Kouri no hay que fiarse mucho”. Pero no por las razones que uno esperaría, claro. Es decir, porque Kouri era, qué sé yo, un político independiente. O un crítico acerado. O un demócrata irreductible. O algo así. No, no, no. No se equivoquen. Montesinos lo dice porque para él Kouri “es un tipo muy zigzagueante (…) de esos muchachos que quiere jugar a la política y aparenta ser un independiente, pero en el fondo trata de conciliar con Dios y con el diablo, y así no se puede ser porque en política usted no puede estar aquí y acá”. Vaya. Que lo diga el Dalai Lama, santo y bueno. Pero que el archicriminal más inextricable de nuestra historia asevere que fulano de tal está más retorcido que un tubo de Kolynos, como que suena fuerte, ¿no? Es como si Capone se hubiese referido a 'Vito’ Corleone como “alguien poco confiable”. No sé si me siguen.
Lo curioso es que en otras conversaciones lo vuelve a repetir. “Kouri es como un cigüeñal: medio torcido”. Se lo dice a José Francisco Crousillat, quien en vez de inferir que es un tipo oblicuo, sinuoso y taimado, cree que es maricón. Bueno. Qué esperaban.
Ahora, para entendernos. Una cosa es lo que opinaba Montesinos de Kouri ante terceros, y otra, muy distinta, el trato que mantenía con él cuando se reunían en la salita maligna. Ahí la historia era otra. Se apreciaban. Se respetaban. Se piropeaban. Pero Kouri, se acordarán, era el que usualmente se aparecía para pedir. Favores. Apoyo. Beneficios. Una tajada. Lo que sea. Como aquella vez que buscó al 'Doc’ para interceder por un primo detenido por traficante.
Kouri, ¿cómo está?, ¡qué gusto de verlo! De igual manera, a los tiempos, disculpe la informalidad. Ninguna informalidad, ¿me vio en la televisión? Claro que sí, y creo que ha sido una de las mejores entrevistas que he visto en los últimos tiempos. Mire, aquí tengo el caso de su primo hermano; él mandaba el clorhidrato para allá, para acá. ¿Y tiene usted la solución a este problema? Sí podríamos ayudarlo. La familia está muy preocupada. No se preocupe que yo pienso en su imagen. Muchas gracias. De nada; propiciemos una reunión entre usted y su primo, algo reservado, puede ser acá, yo lo hago traer con el jefe de la Dinandro, que es de mi confianza, como que lo sacan a una diligencia, viene acá, a mi oficina, conversan los dos, y luego de unos quince minutos paso para orientar las cosas, y entonces de esa forma le podemos solucionar el problema. ¿Y a qué hora sugiere usted que podemos reunirnos? Mañana a las siete, en una hora prudente, para que usted venga discretamente acá; eso sí, cualquier cosa usted nunca se entrevistó conmigo ni con su primo en mi oficina del SIN, porque imagínese el problema que podría traernos. Correcto. Yo lo hago para cuidarlo a usted. Y yo me adecúo a sus órdenes, no se preocupe. Lo vamos a manejar con la Policía, con el perfil más bajo, muy discreto, yo creo que quedamos así. Cómo no, a las siete entonces. Ya, okay, muy bien, buenas noches, adelante. Después de usted. No, después de usted, usted es mi invitado. Y así.
Así dialogaban Álex Kouri y Montesinos. Y no exagero, oigan. Muchos de ustedes los conocerán, supongo. Uno está preso. Por corrupto. Y el otro, permitan que me tronche, el otro es uno de los candidatos favoritos para la Alcaldía de Lima.