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Hablando de lobos

Publicado: 2010-09-12

Tomado de Perú21.- Columna Perú 2.1, de Marco Sifuentes.- A veces los lobos no necesitan disfrazarse. A veces se presentan sin máscaras ni antifaces, con la cara al sol, orgullosamente lupinos, y juran como ministros o congresistas a vista y paciencia de todo el mundo. Pero entonces no hay escándalo porque son lobos que no usan caperuzas rojas sino camisas negras. “Son lobos, pero son nuestros lobos”, dirían algunos.

La alerta se dio primero en Twitter, la mañana del jueves 2 de setiembre. El Gobierno, o sea el Ejecutivo, o sea el presidente y sus ministros habían promulgado un decreto que permitía la prescripción de todos los crímenes de lesa humanidad cometidos antes de 2003. Vamos, ¿cuántos crímenes de lesa humanidad se han cometido en el Perú después de 2003? Parecía una ley con nombre propio.

El tema se movió lento pero se movió y, en medio de la discusión, el Gobierno quiso aclarar las cosas: No, no hay que temer. Lo que hace este decreto, dijo Velásquez Quesquén, es adelantar la vigencia del Código Procesal Penal para el personal militar.

La explicación es, francamente, más rochosa: ¿O sea que este decreto adelanta marco legal que todavía no existe? ¿Pero no se lo adelanta a todos sino solo a militares y policías? ¿Pero, además, no se lo adelanta a todos los uniformados en procesos judiciales sino únicamente a los que estén acusados de violaciones a los derechos humanos? O sea, se ha dado este decreto únicamente para beneficiar a un grupo muy concreto de personas, personas que están en procesos muy complicados pero que tienen padrinos poderosos.

La web de periodismo de investigación, IDL-Reporteros, descubrió que detrás del decreto estuvieron el ministro de Defensa, Rafael Rey; el vicepresidente Luis Giampietri, el congresista Rolando Sousa y su socio el abogado César Nakazaki. Recordemos que, el año pasado, el ministro Rey intentó contratar a dedo al estudio Sousa-Nakazaki para que defiendan a militares procesados por casos de violación a los derechos humanos.

Otro lobo fue el abogado Sergio Tapia, representante en el Perú de la Fasta (algo así como el Sodalicio argentino) y asesor del “despacho de la vicepresidencia” (despacho creado en este gobierno de la austeridad). De hecho, Giampietri alguna vez ha llevado a Tapia a sesiones del Consejo de Ministros. Hace un par de años, el periodista Marco Vásquez reveló que, entre otras perlas, Tapia recibió del infausto y hasta ahora inubicable Comandante ‘Camión’ –con 114 víctimas en su haber– un poder absoluto para abrir y cerrar cuentas bancarias.

Tapia, Giampietri, Rey, Nakazaki, Sousa y otros personajes así, todos juntos y revueltos, fueron los chefs del D.L. 1097, un decreto que ya están usando Mantilla y Martin Rivas para evadir sus responsabilidades; un decreto rechazado por el Colegio de Abogados, la Defensoría del Pueblo, la Conferencia Episcopal, WOLA, la CIDH y hasta la ONU a través de su relator; un decreto sobre el que todo indica que no hay vuelta atrás.

El Decreto Legislativo 1097 (la chapa de ‘Decreto Colina’ le queda chica) ha servido para evidenciar, una vez más, que varios lobos peligrosos han adquirido mucho poder: una red de fanáticos ideologizados para los cuales matar a un niño de ocho años en Barrios Altos es un costo admisible, amnistiable y olvidable si es que eso fue parte de una guerra contra otro grupo de fanáticos ideologizados.

¿Buscan ideas obsoletas, anquilosadas y peligrosas? Aquí también las hay, y lo peor, insisto, es que están en el poder. Son gente que confunde la cruz con la espada y la espada con la guerra sucia.

Son ministros, congresistas, militares y abogados cuyos puestos rimbombantes no les sirven para admitir una verdad simple y concreta: que la guerra contra Sendero se ganó con Inteligencia policial y no entrando a un pueblo, obligando a la gente a cavar sus propias fosas y fusilando sobre ellas a más de cien personas: niños, mujeres y ancianos. Imaginen que eso hubiera ocurrido en San Isidro y no en Putis. Imaginen nomás. Cien personas vejadas y aniquiladas, no sé, en El Olivar. Imaginen eso por diez, por cincuenta, por cien.

Pero los lobos no tienen imaginación.


Escrito por

Pedro Salinas

Escribe habitualmente los domingos en La República. En Twitter se hace llamar @chapatucombi. Y no le gustan los chanchos que vuelan.


Publicado en

La voz a ti debida

Un blog de Pedro Salinas.