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Columna de Juan Carlos Tafur

Publicado: 2010-09-19

 

Tomado de Diario16.- Columna de su director, Juan Carlos Tafur.- El joven empresario arequipeño Juan José Mejía, a quien tuvimos la suerte de conocer hace muchos años, cuando vivíamos en la ciudad sureña, acaba de ser salvajemente asesinado por delincuentes que una vez más ejecutaron una modalidad recurrente. A sabiendas, de un retiro de dinero, él fue interceptado. ¿No hay quién ponga coto al filtramiento de información que suele ocurrir desde adentro de los bancos o casas de cambio?

Francamente indigna el desparpajo y la absoluta indiferencia que muestra este gobierno por la seguridad ciudadana. Le importa un comino. El Presidente García se burla del país cuando ordena retiros de escoltas o exige más patrulleros en las calles. Y lo hace con punible conocimiento de causa de que todo no pasa de fufulla, de cortina de humo, de pantallazo.

Adulado por los sobones de siempre, que le hacen creer que el suyo es un gobierno superlativo, tan sólo porque ha dejado que la inversión privada siga su curso natural, le vale madre que la mayoría viva prisionera de la angustia que genera la imparable ola de violencia que azota el país entero.

Con los cientos de millones de dólares que se está gastando en una obra absurda, hecha para la tribuna, para poner su huella en la historia de fierro y cemento del país, como es el Tren Eléctrico, ha podido modernizar y equipar todas las comisarías del país. Es más, ha podido duplicarlas. Hubiese podido quintuplicar el número de patrulleros. Hubiese podido intensificar la formación de las escuelas policiales y triplicar, en el lapso de su mandato, el número de policías en las calles.

Le hubiese alcanzado sobradamente para cubrir íntegramente toda la ciudad con cámaras de seguridad inteligentes, eficazmente monitoreadas, sistema que ha obrado milagros en ciudades que como Londres, antes de utilizarlas, eran invivibles.

Hubiese podido adquirir el software que permiten identificar de quién son las huellas digitales que se encuentran en la escena de un crimen. Igualmente, el programa informático que permite identificar en minutos el rostro de un criminal grabado por las cámaras. ¿Sabe usted amigo lector que hoy en día por gusto se toman huellas digitales? Por las puras vemos a agentes recogiendo muestras, cuando es físicamente imposible averiguar a quién pertenecen.

Habría podido reequipar con la tecnología más avanzada a los comandos policiales que recorren las calles. Cinco o seis helicópteros policiales ya estarían funcionando en la ciudad. Tendríamos patrulleros con dotación suficiente de gasolina. Los policías podrían estar mejor pagados y se habría podido iniciar una reforma radical que erradique el lastre de la corrupción que socava a la inmensa mayoría de hombres de uniforme.

Y con medidas tan sencillas como retirar a hombres entrenados para combatir la delincuencia del ridículo papel que se les asigna de mover un palo fosforescente trepados en casetas de tránsito, incrementaría aún más el contingente policial.

Ideas hay miles y dinero hay por millones. Queda claro, sin embargo, que a este gobierno y, al Presidente de la República en particular, el tema ni lo desvela. Ojalá no tenga que pasar por una desgracia familiar cercana para que se ponga en los zapatos de los dolientes ciudadanos del Perú, que ven que el hampa reina en las calles sin que el Estado haga algo por reprimirla. García nos deja cifras azules en las cuentas fiscales, pero nos deja un país en rojo por la sangre derramada de compatriotas inocentes que sufren las consecuencias de un gobierno incapaz.


Escrito por

Pedro Salinas

Escribe habitualmente los domingos en La República. En Twitter se hace llamar @chapatucombi. Y no le gustan los chanchos que vuelan.


Publicado en

La voz a ti debida

Un blog de Pedro Salinas.