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La izquierda y Carlos Iván Degregori

Publicado: 2011-05-19

Tomado de Diario16.- Columna de Juan Carlos Tafur.- La muerte de Carlos Iván Degregori, a quien no tuvimos la suerte de conocer –salvo por una o dos ocasiones periodísticas-, nos sirve para rendir justo reconocimiento a un sector mayoritario de la izquierda peruana.

En las últimas décadas se ha producido en ella una evolución digna de encomio. De las tesis marxistas revolucionarias, ajenas a cualquier consideración de la democracia representativa o de la economía de mercado, han recorrido un camino de seria reflexión sobre lo que significa mantener el espíritu de cambio de un país donde hay poco que conservar, conjugando dicho esfuerzo con el reconocimiento de criterios como los señalados.

Presta a la discusión y al debate, nunca cerrada a la autocrítica, le dan un ejemplo a una derecha que, por el contrario, lejos de modernizarse parece ir en sentido involutivo, casi en todas sus manifestaciones, desde la religiosa hasta la política, pasando por la empresarial o la puramente moral.

Mientras la izquierda peruana se asoma en estos días a ser una cantera de intelectuales, políticos y tecnócratas, capaz de entender la realidad social peruana, la derecha se atrinchera en sus pulsiones más conservadoras y autoritarias, más primarias e intolerantes.

En los 80, un sector de la derecha supo acercarse a la realidad popular, entender que el statu quo mercantilista no era la vía correcta hacia el desarrollo, asumir que las libertades políticas eran valores esenciales. Ese proyecto se frustró y pervirtió cuando la década fujimorista le hizo creer que la hegemonía ideológica pasaba por la exclusión del adversario.

Sobrevinieron luego diez años de democracia. Imperfecta y llena de perforaciones, pero generando un estado de cosas que hacía pensar que la derecha iba a aprovechar los tiempos para hacer también una autocrítica profunda de los errores cometidos y la iban a conducir a recuperar el espíritu ideológico que la revitalizó en los 80.

No ha ocurrido ello, lamentablemente. La derecha de hoy se parece más a la de los tiempos anteriores al velascato que a una opción moderna y liberal. Ni siquiera se aprecia en su seno apertura a la discusión. El insulto ha reemplazado a los argumentos.

Las reflexiones sobre la democracia y su incompatible convivencia con la pobreza, sobre los derechos humanos y su carácter fundamental como valor democrático, sobre la vigencia del mercado y la inclusión social, sobre el Estado y su actuación respecto de la violencia y el conflicto social están en la agenda de la izquierda. Lo estaban en la agenda personal de Carlos Iván Degregori, cuya integridad moral e intelectual merece un homenaje desde todas las orillas del pensamiento peruano.


Escrito por

Pedro Salinas

Escribe habitualmente los domingos en La República. En Twitter se hace llamar @chapatucombi. Y no le gustan los chanchos que vuelan.


Publicado en

La voz a ti debida

Un blog de Pedro Salinas.