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Una conversación con Víctor Liza en La Primera

Publicado: 2013-03-03

Tomado del suplemento Línea del diario La Primera:

Se viene otro Papa conservador

Pedro Salinas no tiene pelos en la lengua cuando se trata de hablar de la Iglesia Católica. En diálogo con LA PRIMERA, afirma que Juan Pablo II era protector de pederastas y que el próximo Papa será tan igual de conservador como él y como Benedicto XVI, lo cual confirma que la Iglesia continuará por la vía ultraconservadora, de manera que “no llegará al año 3000”. También cuenta su paso por la secta católica Sodalicio y opina sobre otros temas de coyuntura.

Víctor Liza

Redacción

-¿Le sorprendió la renuncia de Benedicto XVI?

-Claro, porque uno está acostumbrado a que el Papa lo sea hasta que se muere. Uno asume que cuando el Papa dice que aceptará serlo, ejercerá el cargo hasta el día de su muerte. Leyendo el comunicado de la renuncia, uno comienza a ver qué razones podrían haber existido.

-Para usted, ¿qué consecuencias ha traído que un Papa haya renunciado después de 600 años?

-Surgen una serie de preguntas: ¿Pueden haber dos Papas a la vez? ¿Deja de ser infalible? ¿El Espíritu Santo lo abandonó, y concibió esta eventualidad? ¿Ratzinger va seguir siendo Benedicto XVI hasta que se muere? ¿O va ser como Clark Kent y Superman, que en cualquier momento cambian de identidad? Más allá de algunas preguntas irónicas o cínicas, esto es un síntoma de la crisis institucional que está viviendo el Vaticano.

-¿Qué perfil debe tener el nuevo Papa?

-En mi opinión, el perfil del nuevo pontífice es el de liderar una Iglesia Católica que tiene que “aggionarse”, ponerse al día con estos tiempos. Que replantee el tema del celibato; que le dé un rol más protagónico a las mujeres, que siempre han sido ciudadanas de segunda categoría en el organigrama de la curia católica; ser más flexibles ante el aborto terapéutico, la eutanasia, el matrimonio de homosexuales, los métodos anticonceptivos.

-Pero ese perfil es imposible.

- Es utópico, idealista, romántico. Hay un 95 % de posibilidades de que eso no va ocurrir, y que el nuevo Papa va a ser tan ultramontano como Juan Pablo II y Benedicto XVI. Ese perfil no lo encontrarás en los 116 cardenales que van a votar en el cónclave, porque una buena parte fueron escogidos por Juan Pablo II y la mayoría por (Joseph) Ratzinger. Ambos han procurado, diligentemente, convocar conservadores; no hay un solo progresista en esa asociación de viejitos.

-Como conocedor de estos temas, ¿quiénes podrían ser los sucesores del cardenal Ratzinger?

-En este cónclave tienes dos figuras claves. Ángelo Sodano, exsecretario de Estado en tiempos de Juan Pablo II y actual decano del colegio cardenalicio. Salió de las canteras diplomáticas del Vaticano. Fue nuncio apostólico en los tiempos de Augusto Pinochet y amigo del dictador chileno; pero sobretodo uno de los que encubrió hasta el final el caso de Marcial Maciel. Aunque ya no tiene edad para votar, va a ser alfil importante. También está Tarcisio Bertone, actual secretario de Estado, que verá la logística del cónclave, donde se verá sobre el toma y daca para la elección del Papa. No es que de pronto aparece el Espíritu Santo e ilumina a los cardenales para votar. Hay votaciones. Sodano y Bertone son las dos figuras más representativas de la curia y van a jugar rol importante. Además, hay un viejo adagio: quien entra al cónclave como Papa, sale como cardenal. Los favoritos nunca pintan. Va a ser complejo porque hubo un Papa que renuncia por falta de vigor físico y espiritual, que además de estar viejito, achacoso, y que no ve bien por el ojo derecho, dice que “está harto de esta vaina, ya me cansé de tratar de gobernar una institución en la que me sabotean todo el tiempo”. Hay versiones de que habría llorado.

-¿Qué opina de las posibilidades de la vuelta de un Papa italiano?

-No me sorprendería. Después de los Papados de Juan Pablo II y Benedicto XVI, deben estar diciendo que ya les toca de nuevo. La delegación europea es muy representativa, y en ella los italianos suman más de 20. Esta sobrerrepresentada, porque a nivel mundial solo son el 4 % de católicos. Si se da esa lógica, tienes como candidato a Ángelo Scola, Arzobispo de Milán, e integrante de Comunión y Liberación, congregación muy influyente en la curia. Tiene mucha opción si la corriente del Papa italiano gana. La otra es que no sea italiano: tenemos al argentino Leonardo Sandri, que conoce a Sodano y Bertone, que no se llevan bien. En cualquiera de los casos tendremos otro Papa conservador. Si todo sigue así, lamentablemente, la Iglesia Católica no llega al año 3000.

-¿Qué piensa de la opinión de Mario Vargas Llosa, que Ratzinger representaba la “tradición renovadora” de la Iglesia, cercana a la modernidad?

-Creo que Vargas Llosa reconoce en Ratzinger son esos intentos de sacar a la luz la pederastia clerical, que fue escandalosa; y transparentar las finanzas vaticanas. Vargas Llosa reconoce a Ratzinger como intelectual; y de hecho, es largamente uno de los más inteligentes.

-¿Por qué la gente tiene la idea de Juan Pablo II como un “Papa bueno”?

-No se puede negar el carisma de Juan Pablo II, que también tuvieron Mussollini o Hitler. Que tenga carisma no es equivalente a que sea bueno, mucha gente confunde eso. Desde mi pequeño punto de vista, Juan Pablo II ha sido, en la práctica, el mayor encubridor de pederastas que ha tenido la Iglesia. Encubrió personalmente a Marcial Maciel, cuando las denuncias se destaparon en los años 90, con testimonios y documentos que señalaban claramente que Maciel era un abusador de menores en serie. Pero Juan Pablo II lo nombró como su representante en reuniones importantes, y para colmo, lo designó como modelo de juventud mundial. Paradójico es que ahora sea beato. Eso no debe sorprender, porque cuando uno ve el santoral, ve cada delincuente que ha sido beatificado. Sí sorprende que lo haya hecho Ratzinger, que tuvo su expediente. Pero no pudo hacer nada, porque colocó a gente que después lo saboteó. Un Papa es más ornamental que otra cosa, sin capacidad de gobierno, y eso debe haberlo frustrado y empujado a tomar la decisión de renunciar.

-¿Cómo evalúa el Papado de Benedicto XVI?

-Ratzinger ha tenido una gestión mediocre. En el balance ha sido un fracaso, marcado por la pederastia clerical, y la ingobernabilidad en que terminó todo, debido a las intrigas por el poder, que ha denunciado en sus últimas misas o audiencias: “Vamos a acabar con la hipocresía, luchemos por la unidad de la iglesia”, es lo que ha repetido.

EL SODALICIO

-Usted ha escrito la novela Mateo Diez, en la que habla de su paso por el Sodalicio. ¿Podría contarnos cómo fue esa experiencia?

-Es una historia larga. Estaban a punto de expulsarme del colegio por inconducta, y me derivaron a un área de refuerzo para apoyo en temas vocacionales. Y ellos organizaron la confirmación. Fueron a mi clase y el cura les dijo que me pongan en primera fila. Me fueron engatusando, y terminé convertido en un talibán, en un facho católico. Allí aprendimos a leer textos de José Antonio Primo de Rivera (fundador de la hitleriana Falange española).

-¿Cómo ocurrió el cambio? ¿Por qué salió de allí?

-Me voy porque una vez que te han coqueteado y seducido para que formes parte del movimiento, y te han fanatizado, decides distanciarte de la familia, rompes con tu enamorada, tus amigos; y el siguiente paso es entrar a vivir en la comunidad. Allí la figura cambia. Conoces al monstruo por dentro. Fui parte de la primera ornada, una de las cobayas con las que experimentaron, con órdenes absurdas y cosas alucinantes que trato de metaforizar en la novela.

-¿Qué nos puede contar sobre los casos de pederastia y abuso sexual?

-Cuando estuve allí, no percibí nada. En la novela, menciono un caso de refilón, que conocí después que me fui. Me buscó una persona que conocí en el Sodalicio y me contó que Germán Doig, número dos de la organización, estaba en camino a ser beatificado, pero que el proceso iba a ser cancelado “porque no alcanzaba las virtudes heroicas”. Una razón bien vaga, eclesial. Le pregunté por qué pasó eso y me explicó que encontraron casos de abusos sexuales. Yo no lo creía. Esta persona me dijo “créeme, porque yo he sido abusado” y comentó con pelos y señales todo lo que hacían. Tampoco le podía decir “cállate, porque no me interesa”. Esta persona erupcionó como un volcán al contarlo, y me dijo que yo era el segundo en saberlo, porque el primero hizo una investigación, pero quería que contactara al que investigó porque “aparentemente no hay intención de revelar la verdad”. Así comienza la historia sobre mi interés por estos temas. Y encima me renuncia el Papa (risas).

EL CARDENAL CIPRIANI

“Me sigo considerando católico. No se me ocurre decir que soy musulmán o judío. Menos diría soy ateo. Creo en la espiritualidad, respeto las religiones. Lo que combato es cuando la prédica pretende entrometerse en la vida personal, que es lo que hace el cardenal Cipriani desde su púlpito en la catedral o desde la cabina de RPP. Entonces digo: yo respeto lo que crees, pero no pretendas influenciar al ministro de Salud para que no regale condones o prohíba pastillas, o que digas que el matrimonio homosexual es contranatura. Tu religión es para vivirla en el ámbito personal. Predica lo que quieras en tu iglesia, pero no interfieras en política estatal, hay que trazar una línea divisoria entre ambas. Pero Cipriani no la ve. Esa es la tendencia en toda la curia”.

LITERATURA

“Las dos experiencias que he tenido han sido gratificantes. Ahora leo Mateo Diez pero me da vergüenza porque está mal escrita, pero fue mi opera prima. La fuerza de la historia está por encima del estilo. Después está mi libro para niños, Álbum de fotos. Me encantaría volver a escribir algo que no sea ensayo. Hay que tener tiempo para eso. Ahora estoy enfocado en temas de iglesia, que por suerte mía están sobre la mesa. “Este año espero publicar Dios es homofóbico”.

REVOCATORIA

“No deja de alucinarme que un personajillo de la talla y calibre de Marco Tulio Gutiérrez sea de pronto un figurón de la política. Estamos viendo a los peces gordos que están detrás, pero que no aparecen: a uno se le ve la panza, y al otro su silencio es elocuente. Espero que las tendencias en las encuestas hagan que las líneas se crucen y todo sea un susto. Esto va ser como el cónclave Papal. La revocatoria es peligrosa para la democracia, requiere de modificaciones, y hay que poner una causa, porque generas inestabilidad, truncando una gestión al final del gobierno y dejar a Lima a la deriva. ¿Quieren sacar a Susana Villarán por la gestión? No jodan. Por eso debieron sacar a Humala, a Alan García, y hasta a Paniagua. Ese argumento no tiene ningún sentido”.


Escrito por

Pedro Salinas

Escribe habitualmente los domingos en La República. En Twitter se hace llamar @chapatucombi. Y no le gustan los chanchos que vuelan.


Publicado en

La voz a ti debida

Un blog de Pedro Salinas.