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Tantas veces Pedro (Salinas)

Publicado: 2013-10-13

Publicado en diario 16. Entrevista de Laura Grados al periodista y escritor a propósito de su último libro “Al diablo con dios”. 

Autor de Mateo Diez y Álbum de fotos. Periodista y escritor. Exsodálite y extalibán (que viene a ser lo mismo). Pedro Salinas habla con diario 16 sobre su último libro “Al diablo con dios”; de provocador título y virulento contenido. No apto para carcas y torquemadas. Incisivo desde la primera línea y desafiante hasta el final. Bienvenido al nuevo exorcismo de Pedro Salinas.

Pedro Salinas ha escrito un libro llamado “Al diablo con dios”, en donde recopila todas sus columnas desde el 2007 -en el diario Correo- hasta el 2013 -en la revista Velaverde y el semanario Hildebrandt en sus trece-. Pero Pedro no ha escrito el libro. El libro lo escribió a él. Una suerte de exorcismo tardío, remiso. Porque, como lo dice el propio César Hildebrandt en el prólogo: Ser sodálite es como ser alcohólico. Nunca se es exalcohólico, tampoco se es exsodálite. Ya saben. Al diablo con dios habla primero de los crímenes por pedofilia cometidos por miembros de la iglesia y su posterior encubrimiento papal. O su encubrimiento en el Sodalitium Christianae Vitae (SCV) –alias Sodalicio–. Pasa también por la reivindicación de los derechos de la mujer. Tanto dentro como fuera de la iglesia. Esta última tiene que ver con el derecho a decidir sobre su salud reproductiva, así como el derecho al aborto. Salinas se da tiempo también para defender la equidad en el trato de la comunidad gay. Nos abre un poco más los ojos a quienes ya éramos escépticos antes de leer “Al diablo con dios” y agarra a bofetadas a quienes creen ciegamente en aquellos que administran la fe.

En ese sentido, entonces, el libro es uno más de sus intentos de convencerse a sí mismo de estar en el lado opuesto de la iglesia. En la otra trinchera. En el sitio del hartazgo. Allí donde los indignados reclaman en contra de la intromisión de la Iglesia Católica en aspectos meramente humanos, sociales. Asuntos de Estado. Gobierno, digamos.

La casa de Pedro queda en el segundo piso de un edificio en Miraflores. Nos citó a las ocho de la noche. A esa hora recién regresa de trabajar. Tiene un programa en radio Exitosa que va de cinco a siete. Las luces sobre la sala son de distintos tamaños e intensidades. Pedro no tiene café en la cocina. Solo agua, gaseosa y whisky.


¿Cómo nace Al diablo con dios?
Este libro es una suerte de aperitivo que se ha desprendido de otra investigación que estoy haciendo sobre el Sodalicio.
Que trata acerca de crímenes por pedofilia.

Es que justamente cuando yo me entero de esto en el 2010, quien me viene a buscar es una víctima de Germán Doig (ex número dos del Sodalicio, fallecido en el 2001). En segundo término tomo contacto con un puñado de gente del Sodalicio que había hecho la investigación, el hallazgo desde el 2008 sobre casos de abusos sexuales perpetrados por Doig. Es que querían que la información que ellos habían documentado, la conociese la prensa o se filtrase a la prensa porque el Sodalicio no iba a salir de su versión de que el proceso de Doig para ser beatificado se detenía con el argumento de no alcanzar las virtudes heroicas. Pero había más que eso y el Sodalicio no quería transparentarlo.

La información se la di a diario16 y a Caretas. Y esa es una de las razones por las cuales Luis Fernando Figari (líder y fundador del Sodalicio) termina renunciando.

El libro tuvo un retraso debido a la renuncia de Benedicto XVI.
Cierto. El libro estaba terminado y empaquetado. Ya estaba en la editorial para la etapa de corrección y pasó lo de Benedicto XVI. Entonces les dije “dame un rato más, para ver qué tal con el nuevo Papa”. Sinceramente pensé que Francisco I iba a ser más de lo mismo. Pero creo que ha sorprendido a propios y extraños.
En tu percepción ¿Francisco I está más cerca de los carcas o de los progres?
Es una buena pregunta. Usualmente un papa tiene aliados. Pero este parece estar solo. Pareciera que se ha planteado el titánico desafío de unir a la iglesia ¿Te imaginas a esos grupos compartiendo? No. Es como ver a los del Frente Amplio de izquierda con algunos empresarios de la Confiep.
En tus columnas aparecen nombres recurrentes como el de Cipriani, Fernando Karadima, Germán Doig, Marcial Maciel y Luis Fernando Figari.
Lo que pasa es que en el caso de Cipriani estamos hablando del primer cardenal del Opus Dei en toda la historia de esa organización. No es un cardenal más. Por eso entre los países de América Latina, el Perú es uno de los más carcas que existe. Aquí se ha formado una suerte de laboratorio donde el Opus Dei, aliado del Sodalicio, los neocatecumenales, Vanguardia Católica y Tradición Familia y Propiedad, conforman un núcleo duro que se ha impuesto a la mala sobre los progresistas. Por qué crees que Gustavo Gutiérrez tiene que asilarse prácticamente como dominico para escaparse de Cipriani. Correteó al padre Gastón Garatea así como a la monja catalana Teresa Forcades, progresista y feminista, a quien le prohibió dictar una conferencia. Esas son torquemadas.
La comparación Cipriani – Torquemada es mencionada varias veces en el libro.
Es que Torquemada grafica un espíritu católico pues que refleja otra época. La época medieval.
En tu libro colocas el ejemplo metafórico donde personajes como tú hubiesen sido quemados en la hoguera por sus ideas.
O sea, si a Cipriani tú le das un lanzallamas, sería Fahrenheit 451. El tipo se pone a quemar no libros, sino personas.
¿Qué esperas de la Iglesia Católica?
Nada.
¿Tú eres católico?
Culturalmente hablando, sí. Me bauticé. Di mi primera comunión. Hice la confirmación, me casé por la iglesia. Mis cuatro hijos han sido bautizados por curas sodálites (se carcajea). Qué te puedo decir.
¿Quién es Pedro Salinas? ¿Un católico renegado?
No. Soy un agnóstico ilustrado sobre temas clericales.
Cómo fue el proceso de evolución que tuviste. Cómo así dijiste: esto es una tontería, me voy de aquí.
Porque. A ver. Cuando yo estaba en el Sodalicio tuve la mala suerte de pertenecer a la primera hornada que entró a las casas de retiro en San Bartolo. Eso fue a principios de los ochenta. Tenía 20 años. Todos los experimentos los hicieron con nosotros. Éramos las ratas de laboratorio de Figari. Había un ejercicio que se llamaba la introspección. Que consistía en hacer un linchamiento psicológico contra uno. Un bullying salvaje sobre una sola persona.
¿Qué cosas extremas hacía un sodálite?
Por ejemplo, a las tres de la mañana te levantaban y tenías que ir a nadar a la isla con ropa y a veces con piedras en los bolsillos. En el Sodalicio te crean una cárcel en tu mente.
Hildebrandt dice que ser sodálite es como ser un alcohólico.
Claro, me imagino que se refiere a la anécdota que cuento que, cuando el papa Juan Pablo II agoniza, coincide con que yo andaba con neumonía. Recuerdo que le dediqué unos artículos al papa, muy emotivos, muy sentidos y hasta titulados en latín, huachafamente. Ahí hubo una especie de aproximación a la iglesia. En esa época Luis Pásara hizo un balance negativo de lo que fue la gestión de Juan Pablo II y yo peleaba con él. Esta afiebrado, literalmente. Y dije no, “acá hay un cable que se me ha quedado”.
¿Por qué elegiste a César Hildebrandt para el prólogo?
Me parece que es el mejor periodista del Perú. Y lo digo así. Porque no hay otro periodista que sea tan talentoso y polifacético como él. Hildebrandt escribe. Dirige un periódico, dirige una revista, un programa de televisión, maneja la técnica de la entrevista. Va a contracorriente. Toca los temas que otros no quieren tocar y se pelea. Se gana pleitos. Y eso me parece de la puta madre en este país. Muy importante. Es como el salmón. Hildebrandt es un salmón y yo también a veces quiero ser salmón y ese es un referente muy importante para mí.
¿Por qué Paola Ugaz para escribir el epílogo?
Porque cuando sucedió lo de Doig, a la primera que se lo comenté fue a ella, para que me ayude en la investigación. Y ya pues, Pao conoce bastante en lo que ando y le pedí el epílogo que es una reflexión final que habla sobre la necesidad de tener un Estado laico. Todas estas peleas son justamente para eso. Religión fuera. Chau. Váyanse de nuestras vidas. Prediquen en sus parroquias. Respeten los credos de los demás. No impongan los suyos.
Qué le dirías a la gente que dice que eres un resentido con la iglesia. Que todo lo que dices es porque eres un abusado sexualmente por los sodálites y que tienes un problema psicológico por el trauma.
No soy un abusado sexual, porque si hubiese sido uno, hubiese escrito una novela de la puta madre. Hubiera contado todo y los hubiera demandado penalmente a estos malditos abusadores. Pero no pasó. A mí no me pasó. Pero cuando tú escuchas a una víctima o a varias como me tocó a mí. Quédate tranquilo en tu casa, sin hacer nada, viendo televisión. O sea, no puedes. No puedes sabiendo que todas las cosas que se han hecho siguen ocultas y pueden seguir pasando. No te puedes quedar tranquilo. En este país nadie se mete con la iglesia.
¿Qué le dirías a los católicos, apostólicos y romanos que van a leer tu novela?
Que no tengan miedo. Que Francisco y yo pensamos igual en muchas cosas, aparentemente.
Pero la iglesia no va a cambiar
Ni a patadas. Pero el tono del lenguaje es un cambio importantísimo para lo que hemos tenido en los últimos cuarenta años. Cuánto va a durar, no sé.

Escrito por

Pedro Salinas

Escribe habitualmente los domingos en La República. En Twitter se hace llamar @chapatucombi. Y no le gustan los chanchos que vuelan.


Publicado en

La voz a ti debida

Un blog de Pedro Salinas.