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Concentración

Publicado: 2014-02-05

Más que certezas sobre el particular, lo que tengo son dudas. Dudas, y algunas interrogantes. Aunque, si me preguntan, esto se veía venir desde que Miguel Grau era cadete.

Porque a ver. Toda esta discusión suscitada en torno a la concentración o acaparamiento de medios me hizo evocar una añeja charla de Patrick Butler con un pequeño grupo de periodistas que visitamos Washington hacia finales de los noventas. Butler era entonces director del International Center For Journalists (ICFJ), especializado en temas de ética periodística y buenas prácticas en el periodismo, habituado a ofrecer cursos de capacitación a periodistas. Y al poco de reunirnos con él, recuerdo que viajamos a Nueva York para encontrarnos con un gringo del World Press Freedom Committee, o Comité Mundial para la Libertad de Prensa. Y en ese plan.

Se trataba de uno de esos viajes organizados por el Departamento de Estado, en el que,durante un mes, nos hacían recorrer diversos medios de comunicación a un puñado de periodistas latinoamericanos, para que descubriéramos lo maravillosos que son los medios norteamericanos. O algo así.

Lo cierto es que, fuera de cosas, fue un viaje bastante aleccionador. Los gringos tenían claro que, los periodistas no tienen más derechos que otros ciudadanos. Y para que la ciudadanía tome decisiones acertadas, tiene que estar bien informada. Sin embargo, no dejaban de subrayar que la industria del periodismo es un negocio, y que los periódicos, que dependen de la satisfacción de sus lectores y deciden qué leer y qué no, debían ser rentables. Y bueno. Todo ello, añadían, sin dejar de lado su función de dar voz a los que no tienen voz. Y sin sustraerse de su rol de watchdog. De perro guardián, o sea.

Enfatizaron también que el periodismo americano no era regulado por el gobierno. No obstante, para evitar el monopolio, que es a lo que iba, habían previsto alguna legislación básica que impedía el cruce de propiedades en prensa escrita y televisión. Aun así, les cuento, no pudieron prever el incontenible crecimiento de Rupert Murdoch, dueño del imperio mediático más grande del planeta, y quien ha sido señalado durante toda su trayectoria básicamente por dos cosas. Primero, por su tendencia a usar los medios para favorecer sus posiciones políticas. Segundo, por practicar acciones monopólicas en aquellos países donde se instalaba, sacándole la vuelta a la legislación local. Sin mencionar lasmalas prácticas de sus periódicos británicos News of the World, The Sunday Times y The Sun (espionaje telefónico, coimas a policías, hackeo a computadoras, entre otras faenas).

Como sea. La concentración mediática puede afectar la diversidad de opiniones, la pluralidad. O restringir el debate democrático y supone un riesgo para la libertad de expresión. Y da lugar al control de la información. O de la desinformación, que también. Todo eso es verdad. El tema es: ¿Cómo evitarlo? ¿Cómo impedir democráticamente la concentración de la propiedad de los medios de comunicación? ¿Hay un vacío que debe ser reglamentado? ¿Si el asunto de fondo es un eventual abuso de la posición de dominio: le dejamos la cuestión al Indecopi? ¿Debe resolver esto el Tribunal Constitucional? ¿El Poder Judicial? ¿El Congreso? ¿Este Congreso en particular? ¿Cómo se mide la concentración? ¿Y si se llegase a determinar que la operación comercial por la cual el Grupo El Comercio se hizo del 54% del Grupo Epensa: qué pasaría con dicha transacción mercantil? ¿Se anularía? ¿Se legislaría con retroactividad? ¿Eso no podría tomarse como un atentado contra la libertad de empresa? ¿En adelante, quiéndeterminaría cuándo se está ante un acaparamiento de medios impresos? ¿No debería el gobierno quedarse al margen de estas controversias? ¿No es obvia su parcialización en esta historia? ¿La forma como ha intervenido no constituye una amenaza a la libertad de prensa? ¿No está acaso terciando para ejercer presión?¿La mejor ley de medios no es aquella que no existe? ¿Cómo evitar que esta legítima y necesaria discusión se politice? ¿Si esto que estamos desmenuzando es, además, consecuencia de la ausencia de una política de control de fusiones, no deberían estar opinando también los economistas y los académicos? ¿Qué dice la casuística? ¿Cómo se enfrenta esto en los países democráticos y desarrollados?

Como decía al inicio, más que certezas, lo que me asaltan en este momento son algunas interrogantes. E incógnitas endiabladas. Pues eso.


Tomado del semanario Hildebrandt en sus trece. Columna Divina Comedia


Escrito por

Pedro Salinas

Escribe habitualmente los domingos en La República. En Twitter se hace llamar @chapatucombi. Y no le gustan los chanchos que vuelan.


Publicado en

La voz a ti debida

Un blog de Pedro Salinas.