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“Ataquemos a la víctima”

Publicado: 2014-03-07

El papa Panchito será muy simpático y tiene unas frases que suenan muy vanguardistas (si las comparamos con las que proferían los pontífices anteriores, que eran un par de carcamanes de marca mayor, claro), pero a la hora de la verdad la iglesia católica sigue aplicando el manual de toda la vida. Por lo menos en lo que se refiere a la pederastia clerical, el coro sigue siendo el mismo. No ha cambiado un ápice.

Ratzinger, el primado emérito de los católicos, ha dicho que hay que entender que las personas que han pasado por una experiencia de abuso sexual, o que linda con ella, se toman su tiempo porque “experimentan mucha vergüenza, y no necesariamente quieren ser arrastradas a la opinión pública. Muchas fueron capaces de manifestar lo que les había pasado solo después de décadas”. Y luego de esto, que me parece un diagnóstico acertado, exhorta a sus católicos: “Lo importante es, en primer, lugar, cuidar de las víctimas y hacer todo lo posible por ayudarles y por estar a su lado con ánimo de contribuir a su sanación”. El actual jefe de la iglesia, Bergoglio, ha expresado algo similar.

Pero ya ven. Una cosa es lo que predican y otra, muy distinta, lo que practican. En los hechos, los que se han atrevido a denunciar han sido, en su gran mayoría, ignorados o agredidos con descalificaciones o amenazas judiciales, con el propósito de evitar el escándalo y proteger a los sospechosos.

Sobre este caso, déjenme confesar que conocía la historia de Jason Day porque él mismo me la contó con pelos y señales hace tres años. El incidente que narra y que le persiguió como una nube oscura en su memoria durante casi un par de décadas, volvió a adquirir vigencia para él cuando reventó el escándalo Germán Doig –que destaparon, por cierto, Diario16 y Caretas-. Lamentablemente, hay quienes no están haciendo esta lectura. Entre ellos, el mismísimo Sodalicio de Vida Cristiana, institución religiosa que ha albergado a más de un pedófilo entre sus filas, y algunas adulonas mojigatas que insisten en que el hecho no ocurrió, porque las fechas no cuadran y el lugar del que habla el actor no existía entonces, y en ese plan.

En su reciente comunicado, el movimiento fundado por Luis Fernando Figari (a quien he solicitado, dicho sea de paso, una entrevista, precisamente para consignar su versión respecto de las diversas denuncias que existen contra su organización y duermen el sueño de los justos en el tribunal eclesiástico de Lima), trata de minimizar sus antecedentes, tratándolos como “episodios pasados y aislados”, como si ellos fuesen motivo de confusión y distracción en el caso Day, como si no tuviesen nada que ver en esta historia. Y así. Pero a ver. Si me preguntan, yo creo que más bien esos precedentes son claves fundamentales en la interpretación de lo expuesto por Jason. Fueron ellos los que le activaron la alerta roja a Day e hicieron que, mirando las cosas en retrospectiva, le dieran un clima de alarma a ese extraño incidente ocurrido veinte años atrás.

Porque a ver. Si hay más casos de pederastia, aparte de los conocidos, y el Sodalicio no nos está contando toda la verdad, pues la versión testimonial del actor y activista social -que ya ha sido corajuda al contarla en público- adquirirá un sentido más gravitante e importante que el que se aprecia a simple vista. Algo que los ciegos, está claro, no pueden ver. Ni podrán.

Tomado de la revista Caretas


Escrito por

Pedro Salinas

Escribe habitualmente los domingos en La República. En Twitter se hace llamar @chapatucombi. Y no le gustan los chanchos que vuelan.


Publicado en

La voz a ti debida

Un blog de Pedro Salinas.