#ElPerúQueQueremos

Calzonudo

Publicado: 2014-03-14

Así le dicen al hombre condescendiente con su mujer, que acaba dominado por su pareja. Es el varón de voluntad quebradiza, es decir. El que se deja llevar de la nariz por la esposa. O algo así.

Y claro. Si me preguntan, cualquiera de los dos términos le caen como anillo al dedo ya saben a quién. A Cosito, obvio, quien ha permitido que la cosa se desborde debido a sus pecados de omisión. Porque la angurria de Nadine requiere un freno, un paralé, un trinquete. Pero ya ven. No hay nadie por ahí con la destreza para ponerle límites. Porque Ollanta Humala es incapaz de muchas cosas, pero en particular es un inepto para enfrentarse a su cónyuge.

La ministra Ana Jara, quien es como aquella sirviente de La Profecía, capaz de tirarse del techo con tal de satisfacer los designios de su jefa, explicó el raciocinio del por qué Nadine tiene el poder que tiene. En su particular hermenéutica, el asunto es más o menos así. En el Perú se elige a un presidente constitucional, que en este caso es Ollanta Humala, y Humala escoge a un gabinete con el cual gobierna, pero -y este “pero” es fundamental- la línea política de dicho gobierno la dicta, la señala, la hace prevalecer, el Partido Nacionalista, y el Partido Nacionalista, ya adivinan, lo preside Nadine Heredia. ¿Ho capito?

No sé si les quedó claro. Bueno. Así es como funciona la lógica que subyace a la elección de Nadine como mandamás del nacionalismo... y del gobierno de su consorte. Aunque, no nos engañemos, todos sabemos que en dicha organizaciónpolítica no existe ideario ni planes ni programas ni algo que se denomine “línea política”. No importa. Es el pretexto para justificar el rol cada vez más protagónico que ejerce Heredia en la actual administración, donde, por lo que hemos visto, le importa un rábano las formas y la institucionalidad. Pues desde esa condición de líder de un partido de papel, que solamente vive en el imaginario de algunos, ella manda, es portavoz del régimen, coordina con los ministros, decide, actúa, usurpa funciones, expectora premieres, cambia gabinetes, se entromete, ronca, patea traseros, domina, se impone, ejerce el poder.

Daniel Abugattás sugiere que detrás de las críticas a Heredia hay un intento de silenciarla. “No pueden pretender callar a la presidenta del partido político que es gobierno”, ha dicho el político palaciego. El tema no va por ahí. El problema, como ha señalado el director de este semanario, es que “sus últimas intervenciones han rozado el golpismo y han constituido la más grosera intromisión de una persona sin cargo oficial ni responsabilidades formales en el manejo de la cosa pública”.

Esa es la cuestión. Y no otra. Y nada, cuando parecía haberse zanjado aquello de la reelección conyugal, ahora ha vuelto a resucitar el fantasma. ¿Gracias a quién? Gracias a Nadine Heredia y a su afán acaparador, ciego y desaforado por figuración.

Porque a ver. Y para citar nuevamente la columna de César Hildebrandt de la semana pasada, en la que estuvo particularmente inspirado, y está escrita en formato de carta pública dirigida a la primera dama: “Si el Perú fuese una telenovela de mal gusto usted sería la exitosa intrigante que llegó a la cima pisoteando derechos ajenos y duplicando los propios. Pero como el Perú no es todavía, felizmente, una telenovela –aunque a veces, con su protagonismo zampón, lo parezca- el daño institucional que usted está causando puede ser un peligro para la estabilidad democrática. Sí, señora. Aunque los sobones no se lo digan tiene usted que saber que se ha convertido en una amenaza. Porque al pueblo que su marido engañó le importa un comino eso del ‘gobierno en familia’, eso de `la pareja cogobernante`, eso de la señora protagonista”.

Pues eso. Al principio, confieso que me incluía entre los que consideraba que el consejo informal de Nadine era necesario ante la incompetencia exasperante y supina del marido. Y que mientras se acercaba al gobierno en clave morse, con su sonrisa enorme, e incluso con una conveniente prudencia, todo iba bien. Pero ha exagerado la nota, al punto que se ha extralimitado en el uso de sus facultades y atribuciones. Y ha abusado de la benevolencia y de la paciencia del pueblo peruano, con la venia del calzonazo de Cosito.

Tomado del semanario Hildebrandt en sus trece. Columna Divina Comedia


Escrito por

Pedro Salinas

Escribe habitualmente los domingos en La República. En Twitter se hace llamar @chapatucombi. Y no le gustan los chanchos que vuelan.


Publicado en

La voz a ti debida

Un blog de Pedro Salinas.