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Foto: La república

Matute y su jefe

Publicado: 2014-08-03

Les juro que en este tema de la seguridad ciudadana, sobre todo desde que está el alharaquiento Daniel Urresti a la cabeza del ministerio del Interior, la sensación de desamparo es absoluta. Bueno. Me disculparán, pero esa es mi percepción.

Encima aparecen dos gravísimas y espinosas denuncias que le involucran en las muertes del periodista Hugo Bustíos y del minero Américo Laura. Pero ello, en lugar de hacer recapacitar al gobierno en su desacertada decisión, lo único que denota es el rostro indolente y obcecado del humalismo. Más todavía. Sabiéndose avalado por Ollanta Humala y Nadine Heredia, Urresti declara desafiante: “A mí no me van a mover. Mi intención no es pisar los callos a la delincuencia, sino destrozarle la cabeza a patadas. Así funciona”.

Y con manifestaciones por el estilo, se la ha pasado entre redada y redada, lanzando cifras para apantallar y dar la impresión que se está jaqueando al crimen organizado en el país, poco a poco y gracias a él. Así, el 30 de junio dijo que, en 242 operativos, la Dirección de Investigación Criminal había desarticulado a 24 bandas delictivas de raqueteo, robo agravado y secuestro, recuperando 9 toneladas de autopartes robadas; que había detenido a 107 personas por diversos delitos y a 149 requisitoriados e incautado armas y vehículos. El 4 de julio notificó que, en una semana se había desarticulado a 136 bandas criminales a nivel nacional y que se había detenido a más de 4 mil personas, entre ellos a 1,429 requisitoriados. El 14 de julio pregonó que, en 22 días se desarticularon más de 200 bandas. Es decir, toda una proeza descomunal. Heroica. Monumental.

Y claro, como acá nadie valida la información, hay quienes se la han tragado toda. Porque a ver. En estos casos, lo más lógico es sospechar de la veracidad de los aparentemente elocuentes numeritos que ha venido soltando alegremente Urresti durante las últimas semanas, porque hasta donde se sabe, la data de criminalidad en el Perú no tiene un correlato con la realidad, según lo han expresado diversos ex ministros del Interior.

Por eso, cuando cada vez está más claro que el militarote Urresti no está capacitado para dirigir la cartera que le han encomendado, me pregunto ahora qué tipo de nación es esta en donde la improvisación es el eje de la política de Estado. Porque espero que, a estas alturas haya quedado del todo claro que, el bandolerismo y la criminalidad no se derrotan con figuretismo, o con fintas para la platea, o con voluntarismo impostado, o con frases matonescas y achoradas.

Uno puede comprender que en estos tiempos de desesperación, en los que la televisión da cuenta incesantemente de asesinatos, robos, secuestros, violaciones, y qué sé yo, la gente ande ávida de tener como ministro a Starsky o a Hutch, da igual. Pero ya ven. Humala, en lugar de un ministro eficaz, nos regaló a un oficial Matute chapucero.

Lo más alucinante es que Urresti tiene sus defensores. Wilfredo Pedraza, ex ministro del humalismo, es uno de ellos, y dice: “Pronto se verán los resultados”. Pues lo siento, pero no comparto el optimismo de Pedraza. Y lamento mucho ir de aguafiestas, pero es evidente que, sin un diagnóstico crudo y fiel, sin estrategia ni planes, sin objetivos y metas precisas, esto va a terminar en un desmadre. Y todo por culpa del Presidente, obvio. Pues si Humala tuviese algo de criterio, se habría dado cuenta de que si no se concentra en este tópico, las cosas seguirán de mal en peor.

Como sea. La cosa viene fea, ya lo dije. Porque Urresti no solo ha sido ratificado en el gabinete, sino que en su mensaje presidencial el jefe del Estado ha dejado claro que no quiere enmendar las cosas, y todo seguirá igual. En vez de aprovechar la coyuntura, Humala volvió a enterrarla hasta los corvejones. Para variar.

Pero supongo que siempre hay espacio para recapitular, y como ha recomendado el Grupo Gobernabilidad Democrática y Seguridad Ciudadana, al frente del proceso de reforma se tiene que poner a “una persona libre de toda sospecha, que pueda combatir la corrupción, con libertad de acción, sin tener rabo de paja ni ser víctima de su pasado”.

Tomado de La República.- Columna El ojo de Mordor


Escrito por

Pedro Salinas

Escribe habitualmente los domingos en La República. En Twitter se hace llamar @chapatucombi. Y no le gustan los chanchos que vuelan.


Publicado en

La voz a ti debida

Un blog de Pedro Salinas.