Cada cual tendrá sus ideas al respecto. La mía es que Alejandro Bermúdez, el sodálite director de ACI Prensa, agencia de noticias creada por el Sodalitium en 1980, es un energúmeno. Un patán. Un personaje dañino y tóxico para el Sodalicio de Vida Cristiana (SVC). Al cual no sé por qué razón insondable no le han metido una patada en el culo para que se largue de la institución.

 

Les muestro un botón. Al poco de que Alessandro Moroni, superior general del SVC, apareciera en las ondas de RPP anunciando la creación de una Comisión Ad Hoc para investigar los abusos al interior de dicha sociedad religiosa y dar a conocer su nueva política de “Revisión, Renovación y Reconciliación”, una militante chilena del Movimiento de Vida Cristiana (MVC) le puso un tuit a Bermúdez, quien se acababa de referir denigrantemente contra un par de gays.

 

“Qué pena leer este tipo de comentarios de alguien que es ‘referente’ para muchos católicos”, le escribió Camila Bustamante. Y Bermúdez, quien equipara caridad con arbitrariedad e impiedad e inhumanidad, le respondió a Camila: “He dicho la verdad. Si te escandaliza, no me sigas”. Y nada. Ya inferirán. Camila no se quedó callada: “Trabajé en ACI y me escandaliza que escandalices a los demás con falta de caridad”. Y qué creen. La respuesta del sodálite Bermúdez no se hizo esperar: “Lo bueno de la ACI es que sacamos la basura temprano (…) Importante deshacerse de esa blandenguería cobarde que confunde caridad con cobardía”.

 

Lo que vino a continuación fue algo inédito. Manuel Rodríguez Canales, un adherente sodálite que radica en Arequipa amonestó en público desde su blog y su Facebook a Bermúdez. Eso nunca había ocurrido. Usualmente este tipo de “correcciones fraternas” las hacen en privado. Jamás a vista de todo el mundo. “Basta ya de matonerías (…) agresiones y faltas públicas de caridad de parte de Alejandro Bermúdez, director de ACI PRENSA. Llamar ‘basura’ a una mujer (…) es una cobardía y un antitestimonio muy lamentable. Y como muchos podemos constatar, no es la primera vez”, apostilló Rodríguez, también conocido en el Sodalicio como “El Ronco”.

 

Y hablando de cosas inéditas, lo que siguió fue un inusual pronunciamiento por FB del superior general: “Queridos hermanos y hermanas. Ante la conducta ofensiva que ha tenido (…) nuestro hermano Alejandro Bermúdez en las redes sociales, y que comprensiblemente ha generado escándalo al interior de la familia espiritual y en otras personas, quiero expresarles, junto con los hermanos del Consejo Superior, nuestra pública reprensión de dicha conducta, ante la que hemos actuado consecuentemente. Alejandro ha pedido perdón también de modo público(…)”. Y esto último, que Bermúdez pida disculpas (aunque, si me preguntan, nunca las vi ni escuché) por uno de sus atropellos verbales, es también raro.

 

Bien por Moroni y sus gestos efectistas de querer cambiar algunas cosas. Pero me temo que Bermúdez le seguirá causando problemas. Sobre todo, porque es el sodálite que más se exhibe ante la opinión pública, el que más encarna el paradigma figariano del sodálite ideal (el soda facho, o sea), y es el que más descontrolado se muestra, y el que más se zurra en los nuevos lineamientos que pretenden instaurar otros sodálites.

 

Otro botón. Entre los sodálites existe un foro interno y privado denominado “Vida y Misión”, en el cual intercambian impresiones y se comunican entre sí militantes activos de la organización de Luis Fernando Figari esparcidos por varios lugares del mundo.

 

En septiembre de este año, antes de la publicación de la investigación que emprendimos Paola Ugaz y el arriba firmante sobre Figari y su movimiento (del cual estaban enterados desde el 2011) y en medio de las pesquisas llevadas a cabo internamente por el cura sodálite Jean Pierre Teullet, se produjo una discusión en el foro intranet.

 

El sodálite arequipeño Franz Guillén Gross, publicó con el título “Agradecimiento Público” el siguiente texto:

 

Queridos hermanos,

 

"Sé que para algunos mis palabras pueden parecer desconcertantes. Puede ser que algunos no concuerden con la manera de proceder del Padre Jean Pierre Teullet en estos últimos años, pero yo me veo en la necesidad de expresar de manera pública mi agradecimiento por la valentía y el coraje que me ha mostrado. Lo hago consciente de que lo que digo puede incomodar a muchos, pero, nos guste o no,hay cosas que han mejorado en el Sodalicio, en parte, debido al esfuerzo que él ha hecho (…) Como Sandro bien nos lo ha dicho hemos mejorado en muchas cosas, otras seguimos ensayando y otras nos han salido mal. Nos toca aprender de ello y seguir avanzando mirando a lo esencial".

Franz

 

El comentario le supo a chicharrón de sebo, como adivinarán, a los muchachones de la guardia vieja. Bermúdez, entre ellos, obvio. Y esto le respondió a Guillén:

 

"Me sorprende y frustra que agradezcas al P. Jean Pierre, que supongo que algo mínimamente bueno debe haber tenido en el marasmo de sus ideas irracionales, venenosas y contaminantes; pero soy testigo directo del número de hermanos a los que ha escandalizado, herido, desconcertado, frustrado y finalmente conducido al abandono de la comunidad con el corazón destrozado. En mi opinión, su conducta no sólo no merece ningún reconocimiento, sino una enérgica 'corrección fraterna', aunque a estas alturas, cuando es obvio que su convivencia con la comunidad sodálite se hace imposible, resulta un ejercicio inútil (…) y cuando elogias al P. Jean Pierre estás implicando qué él ha proporcionado "algo" a la reflexión comunitaria que nadie más ha hecho. Con ello no sólo abofeteas al resto de la comunidad, sino que implicas que nuestras autoridades o que sodálites viejos como yo hemos sido complacientes con el mal y que no hemos hecho nada. Te equivocas 100%, y lo haces no solamente porque sólo has escuchado el veneno del P. Jean Pierre, sino porque desde el rincón etnocéntrico de tu experiencia sodálite no tienes idea de lo que otros sodálites hemos estado haciendo por nuestra comunidad; pero sin envenenar, sin hablar con enemigos del Sodalitium por la espalda, sin traicionar, sin buscar el daño y castigo de otros sin misericordia, sin pasar juicios absolutistas y demoledores... en fin sin el más mínimo corazón sacerdotal. No critico más al P. Jean Pierre porque simplemente considero, honestamente, y sin ningún afán de insulto, que necesita tratamiento psiquiátrico; pero sí me preocupa que en su modo patológico de actuar tú veas valores que agradecer y destacar públicamente a través de este foro sodálite que existe para la edificación. ¿En qué planeta vives? (…) en medio de esas circunstancias el P. Jean Pierre no ha sido más que un francotirador despiadado y repleto de doblez (…) Lamento profundamente tus líneas, me hacen dudar de tu claridad de mente; y espero de corazón que no sean signo del camino que han seguido la mayoría de los interlocutores que "admiran" como tú al P. Jean Pierre: el abandono de la comunidad".

Alejandro Bermudez

 

No fue el único que se le echó encima al sodálite que, según Bermúdez solo habla desde “el rincón etnocéntrico de su experiencia” ( es decir, léase “paleto” o “provinciano” o “cholo de mierda”; no es la interpretación exacta, por cierto, pero no me digan que por ahí no va la cosa), y que felicita a un cura traidor que habla “con enemigos del Sodalitium por la espalda”, en alusión al arriba firmante, pues eso soy yo para el neurótico y exaltado director de ACI PRENSA: “El enemigo”. Y claro. Bajo esa premisa, para que no digan que hablo de oídas, me ha dicho de todo en diferentes oportunidades. Frente a sus ataques, si quieren que les diga la verdad, he tomado estos como de quien vienen. Y con algunos epítetos e historias inventadas y desopilantes incluso hasta me he carcajeado.

 

Pero debo confesar que, en algunos momentos, sí llegó a afectar a personas de mi entorno más cercano. E hizo daño. Porque el cainismo navajero que practica Bermúdez con el aval institucional del Sodalicio es nocivo, viperino y retorcido. Por eso no entiendo cómo pueden hablar de cambios en el Sodalicio si no expulsan a Figari y a Bermúdez. En ese orden, evidentemente.

 

Basta revisar su Twitter para descubrir las incontables veces que este patético personaje, con el pretexto de poner las cosas en su sitio o llamar las cosas por su nombre, acuchilla al otro. Le ofende y lo agravia. Y el Sodalitium, nada. Hasta hoy, cuando Moroni decidió finalmente sancionarlo. Pero créanme. Tarde temprano volverá a las andadas, y ello será señal de que la institución fundada por el Marcial Maciel peruano no está haciendo los cambios y reformas que le toca hacer en este momento de su historia. Digo.