Ordenando papeles, videos, audios, correos y recortes de periódicos, entre otras cosas vinculadas a la investigación que hicimos Paola Ugaz y este servidor sobre el Sodalitium, me percaté de que Alessandro Moroni, superior general de esta organización, por lo menos en un par de oportunidades, subraya que él me pide, me exhorta, me solicita, me insta, me implora, y casi, casi me ruega de que converse con las personas que habían hablado como testigos en la publicación Mitad monjes, mitad soldados con el propósito de que lo busquen, de que lo contacten, de que lo llamen, de que le pongan un mail, de que le toquen la puerta, y qué sé yo.

 

Y en algún sitio comenta que, lamentablemente, "aquello no ocurrió". Como si el autor de este blog no hubiese querido colaborar con sacar a relucir la verdad, o, en su defecto, pareciera sugerir que las víctimas sexuales de Luis Fernando Figari, el depredador sexual que creó al Sodalitium, tampoco hubiesen hecho lo mismo. No querer colaborar con el esclarecimiento de las abominables acciones que se han revelado, digo.  

 

La cosa es que, como quien piensa en voz alta y desea que quede el asunto zanjado, en negro sobre blanco, les cuento que a Sandro Moroni le ofrecí mi colaboración en su debido momento. Desde el 13 de marzo del 2014, para más inri. Pues ese día me reuní con él en lo que denominan “Centro Pastoral” o “Cepé” y que está ubicado en la cuadra cinco de la Calle 2, en San Borja, donde Moroni reside. Y se la volví a ofrecer el 29 de diciembre del mismo año. 


Más todavía. Hasta hace poco he mantenido incluso reuniones con el Vicario General, José Ambrozic, con el propósito de ayudar a las víctimas. Y no he tenido ningún inconveniente -pese a mis recelos- en cooperar con la Comisión de Ética que propulsó el Sodalicio en su momento (y en cuyas recomendaciones se zurraron, dicho sea de paso) ni he negado reunirme con las personas que el Sodalitium ha contratado para investigar y atender a las víctimas (otra vez, a pesar de mis sospechas).  

 

Como sea. Lo cierto es que el mensaje de Sandro se lo hice llegar a las víctimas de Figari. Si estas, por A o B motivos, decidieron no acudir a la búsqueda del superior general de la institución que les jodió la vida, pues es una determinación que debe respetarse, creo.

 

Y traigo el tema a colación, pues a veces siento que nos tratan como enemigos o como que nos quieren soplar la pluma a los denunciantes, responsabilizándonos de que el Sodalitium no ha atendido ni ayudado a las víctimas porque no hemos querido contribuir ni participar (sin considerar, de paso, que varios de los denunciantes también somos víctimas, quizás no sexuales, pero sí víctimas de abusos psicológicos y físicos).

 

Pero volviendo al hilo de lo que decía. Sobre la insinuación supina de que los denunciantes no queremos coadyuvar al proceso de resarcimiento de las víctimas. Pues nada. Eso es simplemente falso. Algo más. Lo que ha ocurrido es justamente lo que algunos temíamos. El Sodalitium, por acto reflejo, en lugar de escuchar a las víctimas, las revictimiza. Y ve como "ataques" lo que apenas son "descripciones".

 

¿De qué manera ocurre esta revictimización de las víctimas? De varias formas. Una de ellas, como para exhibir un reciente botón de muestra, es cuando le advierten a Óscar Osterling y a José Enrique Escardó (quienes junto a los hermanos Martín y Vicente López de Romaña y este servidor estamos demandando penalmente a Luis Fernando Figari y a quienes resulten responsables de: asociación ilícita, secuestro mental y lesiones graves), le advierten a Osterling y a Escardó, decía, de que no pueden ver los casos de sus respectivas reparaciones mientras se mantenga el proceso en la fiscalía.

 

¿Eso acaso no tiene un nombre? ¿No se llama chantaje, o, si prefieren, extorsión? Porque el mensaje pareciera ser: “Mira, Óscar, si declinas en la demanda penal, volvemos a sentarnos en la mesa a negociar”. O: “Mira, José Enrique, si convences a tus colegas Martín, Vicente y Pedro de retirar la demanda, podemos revisar nuevamente tu caso para resarcirte”. ¿Eso no es revictimizar a las víctimas? ¿No es aquello un intento de manipulación al viejo estilo sodálite?

 

Pero volviendo al inicio. Dado que el propio Moroni es el que suele aludir en privado y en público contando una partecita de aquella versión sobre que él "desde un principio me pidió que le contactara con las víctimas", acá les dejo algunos correos que intercambiamos en su momento, cuando abordamos el tema, para que no quede ninguna duda sobre el tenor de lo conversado.

 

Asimismo, y ya que estamos en esto de la “colaboración” y de la “cooperación para que la verdad se esclarezca”, también adjunto otros correos que enviamos en su oportunidad Paola Ugaz y yo (no solo a Moroni, que conste, sino también a otros sodálites), algunos de los cuales tuvieron por respuesta un silencio sepulcral.

 

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Hasta el 12 de octubre del 2015, fecha en que envío el mail que leerán líneas abajo, el autor de este blog todavía pensaba que Alessandro Moroni, actual superior general del Sodalicio de Vida Cristiana podía hacer la diferencia. Pero ya ven. Los deseos no siempre coinciden con la realidad.

 

 

Hola Sandro,

 

Espero que estés bien. Quería comentarte que, por si acaso, Univisión ha tomado contacto conmigo porque se enteraron de la investigación que estoy haciendo sobre Figari, y sobre la cual conversamos en un par de oportunidades. Y he concedido una entrevista a la periodista María Luisa Martínez. Te digo esto porque quería que te enteraras por mí antes que por la prensa, aunque ya sabías por nuestras conversaciones que esto iba a ocurrir en algún momento. 

 

Confío en que la investigación, que debe ver la luz más pronto que tarde, le ayude a la institución -y a ti en particular- a tomar las decisiones correctas que permitan definir mejor los derroteros a seguir, para que el Sodalitium se rehaga desde una autocrítica valiente y transparente, a partir de la verdad y la justicia. Y como te dije, creo que tú eres la persona indicada para impulsar esa reforma, convirtiéndote en "el Francisco del Sodalititum".

 

Con el aprecio de siempre,

 

Pedro

 

Moroni me respondió al día siguiente:

 

Hola Pedro, 


Te agradezco tus buenos deseos para que mi trabajo ayude a que el Sodalicio pueda ser cada vez más la institución que Dios quiere que sea.

   

Desgraciadamente la periodista se contactó con nosotros antes que tú me hayas escrito, pero de todas maneras gracias por el gesto de escribirme y avisarme.

 

Aprovecho también para recordarte que en la última conversación que tuvimos, en diciembre del año pasado, me ofreciste hablar con las personas que te habían dado testimonios para que se pusieran en contacto conmigo, testimonios que según me dijiste tú mismo habías entregado al Tribunal Eclesiástico de Lima.

 

Recuerda que en ese diálogo te manifesté nuestra disposición para escuchar y ayudar a quien fuera necesario, cosa que sabes no puedo hacer si no se ponen en contacto conmigo.

 

Un gran abrazo y que Dios te bendiga,

 

Sandro

 

Apenas leo su correo, el mismo día, le explico por qué algunas de las víctimas de Figari no quieren hablar con él:

 

Hola Sandro,

 

Valoro muchísimo tu respuesta. Y efectivamente hablé con una de las víctimas de Luis Fernando sobre lo que me dijiste. Lamentablemente, después de la forma en que trataron a Jason Day, adivinarás que esta persona no quiso exponerse a ningún tipo de riesgo, y prefirió volver a intentar tramitar su denuncia con otro dicasterio. Lo último que supe es que, hasta hace dos semanas, esta persona no ha sido contactada por ninguna autoridad eclesiástica local o vaticana, luego de cuatro largos años de espera. 

 

Otra víctima de Figari me manifestó, desde un inicio, su miedo y rechazo a la institución. Y hubo otra que me comentó que lo estaba pensando, y lo dejé ahí.

 

Honestamente, no insistí porque mientras existan sodálites como Alejandro Bermúdez o Erwin Scheuch, que suelen exhibir insensibilidad y hasta virulencia, tampoco quería sentirme responsable de que podía estar echando a esta gente a una cueva de lobos.  

 

En fin. Confío en que adoptarás las medidas necesarias para convertir al Sodalititum en una institución auténticamente humanitaria, liberada de los errores del pasado, y ojalá que también liberada de quienes se comportan como fanáticos violentos y creen que las críticas significan "ataques" y "conspiraciones" contra el Sodalicio, que encima son alimentados por alguna entidad demoníaca.

 

Abrigo la esperanza de que, luego de publicada la investigación y después de que la leas con la mente abierta, se abra la posibilidad de conversar contigo, porque, como tú, considero importante y fundamental que el Sodalitium le pida perdón a estas personas que han sufrido durante años por culpa de un personaje cruel y pervertido que abusó del poder que los propios sodálites le confirieron. Y en esto último, por cierto que me incluyo entre esos sodálites que, en su momento, quizás debido a la corta edad no supimos o no señalamos aquellas cosas que nos parecían excesivas, y tampoco imaginamos que ese abuso de poder se había convertido clandestinamente, sin que lo supiéramos, en abusos sexuales. 

 

De verdad espero que esta publicación te ayude a tomar la decisión más importante en la historia del Sodalicio, la que, como te comenté cuando nos reunimos, consiste en expulsar a Luis Fernando.

 

Un fuerte abrazo, 

 

 

Cuando se publicó Mitad monjes, mitad soldados, el 22 de octubre del 2015, se produjo un efecto similar al del final de la película Spotlight. Los teléfonos comenzaron a sonar ininterrumpidamente. 


Ello hizo que Paola Ugaz y yo retomáramos la investigación a través de varios reportajes (nueve entregas en total) que publicamos en La República bajo el título Los abusos del Sodalicio.

 

Este es el correo que le enviamos a Alessandro Moroni y a Fernando Vidal, otro miembro del consejo superior de dicha sociedad de derecho pontificio. El email se lo enviamos el 14 de marzo del 2016:

 

Hola Sandro y Fernando,

 

Nos interesaría a Paola Ugaz y a mí dialogar con ustedes a propósito de algunas denuncias contra la institución por encubrimiento. Estamos haciendo una nota para La República y obviamente nos interesa consignar su versión respecto de estas historias.

 

Ojalá designen a alguna autoridad del Sodalicio para que hable con nosotros sobre este tema. 

 

Saludos,

 

Pedro

 


Como nadie nos respondió, machacamos al día siguiente, 15 de marzo del presente año:

 

 

Hola Sandro y Fernando,

 

Perdonen por la insistencia, pero seguimos tratando de desentrañar algunos hitos de la historia del Sodalicio, por lo que nos serviría de mucho que pudieran responder a lo siguiente:

 

-      ¿Cómo y cuándo se entera la institución del comportamiento pederasta de Jeffrey Daniels?

 

-      ¿Quién decide encerrarlo por lo menos un año en San Bartolo?

  

-      ¿Por qué se dio la versión de que estaba "discerniendo sobre la posibilidad de ser monje" en lugar de informar la verdad?

 

-      ¿El psiquiatra que le dio tratamiento (Carlos Mendoza) fue quien sugirió el aislamiento?

 

 

Gracias por su atención. Nos sería de mucha utilidad su participación respondiendo a estas inquietudes.

 

Saludos,

 

Pedro Salinas y Paola Ugaz

 

 

Al siguiente día, 16 de marzo, Vidal nos respondió:

 

 

Pedro y Paola:

 

Los temas y preguntas que nos han estado dirigiendo los hemos esclarecido exhaustivamente con las instancias competentes. Es todo lo que tenemos por declarar.

 

Saludos,

 

Fernando

 

 

Como Vidal nos mintió, porque ahí nomás declaró nada menos que para BBC Mundo y señalando cosas que no eran, digamos, “exactas”, entonces volvimos a teclear obstinadamente el día 20 de marzo:

 

Hola Sandro y Fernando,

 

Seguimos recibiendo denuncias de abusos físicos y psicológicos por parte de exsodálites y de algunos en actividad. ¿Se mantienen en la posición de que estos abusos son "casos aislados", como ha sostenido Fernando Vidal en BBC Mundo?

 

¿Hasta cuándo se habrían producido estos, según ustedes?

 

¿Podrían precisar el año?

 

Gracias por su tiempo.

 

Saludos,

 

Pedro Salinas y Paola Ugaz

 

 

Y volvimos nuevamente a la carga el mismo 20 de marzo. Esta vez, escribiéndole en paralelo a Óscar Tokumura, “el verdugo de San Bartolo”:

 

 

Seguimos recibiendo más casos de abusos físicos y psicológicos por parte de exsodálites, y que claramente te acusan como el perpetrador de estos en las comunidades donde has sido superior o formador.

 

¿Algo que decir al respecto?

 

Gracias por tu tiempo.

 

Pedro Salinas y Paola Ugaz, periodistas de La República.

 

 

 

 

Jamás recibimos respuesta a los correos anteriores. Así las cosas, el 4 de abril arremetimos una vez más, obcecadamente:

 

 

Hola Sandro,

 

Espero que las cosas finalmente se vayan definiendo para bien. 

 

Te pongo estas líneas porque me gustaría entrevistarte para La República sobre los posibles escenarios que el Sodalitium tiene por delante, de cara al futuro. Y hacer un diagnóstico sobre lo que pasó, por qué pasó, las medidas que se están adoptando, y cuál es el giro fundamental que va a adoptar la institución, independientemente de lo que suceda con Figari. 

 

Considero que es un tema importante y coincidirás conmigo en que es relevante transparentar a la opinión pública los esfuerzos que se están haciendo.

 

Un abrazo, y quedo a la espera de tu respuesta.

 

 

Ante el mutismo y la afasia de Moroni, escribimos el 5 de abril:

 

 

Hola Sandro,

 

Me gustaría entrevistarte en estos días, el día y a la hora que puedas, a propósito del anuncio propalado en RPP. 

 

Te lo agradecería enormemente, porque hay algunos temas que me gustaría precisar contigo. Espero tu respuesta, sea positiva o negativa. Muchas gracias de nuevo.

 

Abrazo,

 

Pedro

 

 

 

Silencio. A la semana, el 12, asomamos la cabezota y le escribimos a Moroni:

 

 

Hola Sandro,

 

La presente es para pedirte la aprobación de una entrevista con Rafael Ísmodes, dado que al parecer tus tiempos están totalmente tomados y no has podido acceder a nuestros requerimientos pasados. 

 

Espero que en esta oportunidad sí nos puedas responder.

 

¿Los temas? Los abordados en el último video-comunicado.

 

Gracias adelantadas.

 

Saludos,

 

Pedro

 

 

No respondió Moroni, sino su emisario, Fernando Vidal. Eso ocurrió el mismo día:

 

 

Pedro:


 

Sandro me ha informado que estás interesado en hacer una entrevista con Rafael Ísmodes sobre los temas transmitidos en su video mensaje.

 

Al respecto quería informarte que,  dado que las investigaciones todavía están en curso,  no vamos a adelantar ninguna información ni dar entrevistas.  Cuando concluyan estos procesos podremos comunicar los resultados que corresponda. 


 

Saludos, 


 

Fernando

 

 

 

Con las mismas, y a los pocos minutos y apresuradamente, le repliqué a Vidal:

 

 

 

Hola Fernando,

 

No pensábamos abordar "las investigaciones en curso", sino el proceso que están anunciando. Si lo que están anunciando a través de las redes, obviamente es de carácter público no entiendo por qué no pueden hablar de ello. Quizás me expresé mal. 

 

¿Podrían por favor evaluarlo nuevamente?

 

Porque de verdad no termino de comprender cuál es el reparo.

 

Queremos hablar con un representante del Sodalitium sobre lo que están divulgando a través de las redes. 

 

Esperamos noticias de ustedes, y ojalá que ahora sean positivas.

 

Gracias, y saludos.

 

 

 

Ese día, no lo podemos negar, respondieron expeditivamente:

 

 

Pedro,


 

De momento estamos enfocados a presentar nuestra posición con la mayor claridad y transparencia posible a través de todas las acciones e iniciativas que estamos empujando. 
Más adelante podremos comunicarnos. 


 

Gracias por tu comprensión.

 

Fernando

 

 

 

El 13 de abril arremetimos testarudamente, pues Moroni, al parecer, solo hablaba con RPP y El Comercio y por su Canal S del Facebook (y Vidal lo había hecho días atrás, reitero, con BBC Mundo):

 

 

Hola Sandro y Fernando,

 

Como les hemos insistido en reiteradas oportunidades, estamos sumamente interesados en conversar con un representante del Sodalitium respecto de los cambios que se vienen realizando y anunciando con el propósito de mejorar la institución.

 

No nos interesa que nos proporcionen información reservada, sino algunos alcances y precisiones respecto del proceso que están emprendiendo. Nada más. No se trata de un requerimiento complicado, creo.

 

Les rogaría, por favor, que lo consideren y accedan a nuestra solicitud pues existe mucha curiosidad entre nuestros lectores respecto de cómo van a llevar a cabo esto. En aras de la transparencia, por lo demás, va a ser bueno para ustedes. 

 

Lo ideal sería conversar con Sandro, pero si no se puede, podríamos conversar con Fernando o con Rafael Ísmodes o Pepe Ambrozic o cualquier otro vocero oficial.Y sería mejor aún si podemos conversar sobre lineamientos generales con el consultor irlandés Ian Elliott.

 

Les agradecemos muchísimo por su atención y esperamos noticias suyas pronto.

Pedro

 

 

Ya adivinarán. Jamás tuvimos noticias suyas, hasta que nos topamos con otra entrevista de Moroni con El Comercio (pese a que Fernando Vidal nos indicó que no estaban dando entrevistas).  Ello sucedió el 17 de abril. Así las cosas, les reiteramos amablemente a las autoridades sodálites, por enésima vez, que respondan a algunas de nuestras inquietudes. Esto lo explicitamos el 26 de abril:

 

Estimados Sandro y Fernando,

 

¿Podrían indicarnos quiénes forman actualmente el Consejo Superior?

 

Gracias adelantadas.

 

Y seguimos a la espera de la entrevista con algún vocero del Sodalitium.

 

Saludos,

 

Pedro

 

 

 

Bueno. Ya saben. Nada. Naranjas Huando. Nacalapirinaca. Silencio administrativo. Aun así, apretamos las teclas porfiadamente el 4 de mayo:

 

 

Hola,

 

Pese a que todavía no se conoce el decreto vaticano, pero ya se sabe por dónde va a ir, nos gustaría una entrevista formal para La República.

 

¿La razón? Seguimos encontrándonos con testimonios y otro tipo de denuncias graves que no están siendo ni respondidas ni aclaradas, y la opinión pública se merece una explicación. Espero que puedan escoger un vocero institucional para atender a nuestras inquietudes.

 

Saludos, 

 

Pedro Salinas y Paola Ugaz

 

 

Resultado: Choteo total. Y obvio. Persistimos a pesar de la indiferencia. El 17 de abril, casi en actitud de súplica, tratamos de hacerle entender a Moroni que una entrevista con nosotros, quienes hicimos la investigación durante cinco años, y algo conocíamos del tema, sería útil para todos:

 

 

Estimado Sandro,

 

Desde hace casi un par de años te venimos solicitando una entrevista para abordar variados temas que tienen que ver con el Sodalitium, en tu condición de superior general.

 

Las solicitudes han sido eventuales y reiteradas, respectivamente. Primero para el libro, y luego para La República. En el camino, hemos visto que has concedido entrevistas a El Comercio (dos veces), RPP (dos veces) y Panorama (el pasado domingo), excluyéndonos absolutamente en los hechos, siendo La República el diario que más se ha dedicado al tópico. Queremos asumir que no ha sido deliberadamente, sino apenas un descuido.

 

Perdona por la insistencia, sin ánimo de ser molestos, pero hay temas que nos parece que no se han abordado en esas entrevistas y debieran ser esclarecidos y siguen flotando en el aire. 

 

Si no nos quieres dar la entrevista, no es necesario que recurras a eufemismos o a pretextos que probablemente no tengan asidero. Un "no voy a darle una entrevista a ustedes", nos quedaría claro. Pero como eso no ha ocurrido, y confiamos en que esa no es la razón, seguiremos insistiendo. 

 

Prometemos que no será una entrevista agresiva ni nada por el estilo. Sería en el tenor de nuestras conversaciones primigenias en el Centro Pastoral.

 

Ojalá que nos respondas pronto.

 

Saludos,

 

Pedro Salinas y Paola Ugaz

 

(Hasta ahora seguimos esperando...)