Valentina Alazraki es periodista. Es corresponsal en el Vaticano.Trabaja para la mexicana Televisa. Y tiene más de cuarenta solventes años cubriendo temas eclesiales. Por este motivo fue invitada a la cumbre antipederastia para hablarle a los obispos sobre el rol que cumplen los medios de comunicación y lo eficaces que han terminado siendo en el combate contra los abusos sexuales por parte de religiosos católicos.

 

“Háganse una pregunta. ¿Son ustedes enemigos de los abusadores y de los encubridores tanto como lo somos nosotros? Nosotros hemos elegido de qué lado estar. ¿Ustedes, lo han hecho de verdad, o solo de palabra?”, les soltó Alazraki a bocajarro a los cerca de doscientos purpurados participantes.

 

“Si ustedes están contra los abusadores y de los encubridores, estamos del mismo lado. Podemos ser aliados, no enemigos. Les ayudaremos a encontrar las manzanas podridas (…) Pero si ustedes no deciden de manera radical (…) tienen razón de tenernos miedo, porque los periodistas, que queremos el bien común, seremos sus peores enemigos”, añadió.

 

Y prosiguió con su discurso que no tiene desperdicio. “¡Cuántas veces me ha tocado escuchar que el escándalo de los abusos es ‘culpa de la prensa, que es un complot de ciertos medios para desacreditar a la Iglesia, que detrás hay poderes ocultos, para acabar con esta institución’!”

 

“Los periodistas sabemos que los abusos no están circunscritos a la Iglesia católica, pero tienen que entender que con ustedes tenemos que ser más rigurosos que con los demás, por su propio rol moral”.

 

“Comunicar es un deber fundamental, porque de no hacerlo ustedes se vuelven automáticamente cómplices de los abusadores (…) Los fieles no perdonan la falta de transparencia, porque es una nueva violencia a las víctimas. Quien no informa, alienta un clima de sospecha y desconfianza, y provoca rabia y el odio hacia la institución”.

 

“No deberían esperar a que una investigación periodística descubra (los abusos)”.

 

“Gracias al Papa Francisco por haber agradecido frente a la Curia, el pasado mes de diciembre, el trabajo de los periodistas (…) (que han permitido desenmascarar) a los sacerdotes depredadores y han hecho oír las voces de las víctimas (…) No somos nosotros los lobos feroces (…) al contrario, podemos unir fuerzas en contra de los verdaderos lobos”. Pues eso.


Tomado de La República, 17 de marzo del 2019